El consumo de agua en el mundo no se produce de una manera igual, porque en muchos lugares, no hay agua o infraestructura para su correcta distribución.
El consumo de agua en el mundo es un tema de gran debate en la actualidad, pues dice al respecto del uso de uno de los más importantes recursos naturales, imprescindible para el mantenimiento de la vida y también para el ejercicio de actividades básicas que garanticen el desarrollo humano. Siendo así, observar si el consumo de agua en las diferentes partes del mundo obedece a los patrones mínimos establecidos por los índices especializados es relevante en el sentido de demostrar dónde existen las principales carencias.
Por lo tanto, un hecho importante para hacer frente a este problema es el consumo de agua por habitante, lo que, en pocas palabras, es el nivel de volumen de consumo de la población distribuida a lo largo del año. De hecho, el cálculo se realiza utilizando el volumen distribuido anualmente para la población dividido por la multiplicación de los 365 días del año por la población atendida. Veamos la ecuación:
Consumo Per Cápita = Volumen anual distribuido / 365 * Población atendida.
Este hallazgo, aunque muy importante, tiene algunas limitaciones. El más grande es el ocultamiento del agua de llamada agua virtual (cantidad real de agua que se necesita para la fabricación de cualquier bien o producto de tipo agrícola o industrial para su consumo). Un kilo de arroz, por ejemplo, consume 2.500 litros de agua para ser producido; un kilo de carne bovina gasta más de 17.000 litros; y un coche, en todo su proceso productivo, consume más de 400.000 litros.
Otra limitación de este dato está dada por el hecho de que es una media aritmética simple, en este caso el volumen de la división de distribución de la población para un año. Internamente a los territorios, los niveles de consumo pueden variar sustancialmente en cuanto al tema de ocultar o no dejar clara la existencia de falta de agua incluso en países donde el consumo individual medio es elevado.
De todos modos, el consumo de agua en el mundo, teniendo en cuenta el consumo per cápita, representa en cierta medida las desigualdades existentes a lo largo del planeta en lo que se refiere al acceso y utilización de los recursos hídricos por la población para las necesidades básicas, incluyendo la higiene, la preparación de alimentos y otras actividades.
En este sentido, en el ranking mundial de consumo de agua – de acuerdo con la Organización para la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas (FAO) –, los líderes son los Estados Unidos, que consume en promedio anual, 575 l/hab (litros per cápita). Este valor se consume el triple por Brasil (185 l/hab.), cuatro veces mayor que el consumido por la India (135l/hab.), 16 veces que el consumo de Ghana (35l/hab.) y 38 veces el nivel de consumo otros países como Angola y Haití (15l/hab.). El nivel óptimo de consumo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) sería de 100 litros por habitante para mantener los requisitos básicos y evitar el despilfarro.
Esta diferencia tan acentuada en el nivel de consumo se debe a dos factores principales: la disponibilidad de agua en los territorios y la infraestructura económica para el suministro de agua para la población. A nivel mundial, 1,1 mil millones de personas sufren sin acceso directo al agua potable y más de 2,4 mil millones no tienen servicios de saneamiento básico. Así que, además de ser una cuestión humanitaria, la cuestión de la falta de agua en el mundo es también una cuestión económica.