Podemos decir que el hombre tiene varios tipos de conocimiento científico, desde el más simple, común a todas las personas y que pasa desapercibido, hasta el más profundo y complejo no común a todos los individuos.
En primer lugar vamos a analizar el conocimiento del sentido común, que se extiende a todas las personas, incluso si no nos damos cuenta, y viene como herencia de generación en generación. Utilizamos este conocimiento cada día, a menudo sin percibirlo activamente, es usado en las actividades cotidianas, sin cuestionar si es correcto o incorrecto. Un ejemplo es el empleo secular que hacemos de hierbas para preparar diferentes tipos de té con el fin de curar las molestias de nuestro cuerpo Nunca dejamos de ponderar cómo funcionan en nuestro cuerpo, existe confianza ciega en su eficacia porque todas las personas lo usan y principalmente porque es indicado por las persona más mayores.
Otro tipo de conocimiento es el científico. El conocimiento científico surge de la necesidad de los seres humanos para saber cómo funciona todo en lugar de aceptarlo pasivamente. Con este tipo de conocimiento, el hombre empezó a comprender por qué los fenómenos naturales diversos se originaban y, por lo tanto, intervino en su proceso de forma progresiva. Este conocimiento se utiliza y es muy útil para la humanidad, pero si se usa incorrectamente puede causar grandes desastres a los seres humanos y a todo su entorno. Podemos mencionar, por ejemplo, el descubrimiento de curas para enfermedades que afectaban a ciudades enteras, pudiendo salvar a todos sus habitantes de la muerte. Del lado contrario, la ciencia es capaz de destruir esa misma ciudad con un arma de destrucción masiva creada bajo el mismo tipo de conocimiento.
Desde el siglo XX, se han producido dos momentos significativos que relacionan la ciencia con la humanidad. El primero sucedía a comienzos del siglo, momento en que científicos lograban demostrar teorías a través de observaciones astronómicas, en aquel momento tomadas como incoherentes por ser contradictorios con otros principios sobre nuestro espacio exterior. El segundo momento sucedía a mediados de la década de los cuarenta cuando, desgraciadamente, tuvimos conocimiento del alcance de la bomba nuclear. Aunque fue un gran avance para nuestra ciencia, este hallazgo podía resultar en la destrucción del planeta tal como es conocido.
El hombre utiliza la ciencia para tratar de responder a preguntas acerca de fenómenos y mecanismos. Con su empleo, tratamos de crear nuevas tecnologías para tener un mundo mejor en el que vivimos. Hay campos de la ciencia que traen beneficios incalculables para el hombre en el ámbito de las comunicaciones, medicina, informática, etcétera. Así, el conocimiento científico es adaptado a las necesidades de la sociedad. Una nación que pretende ser fuerte no se sustenta en recursos armamentísticos y monetarios, precisa también un gran control sobre el conocimiento científico. No obstante, tener un gran conocimiento y no aplicarlo correctamente conduce a un camino equivocado.
