‘Buenos días, ¿en qué puedo ayudarle?’ Esta es una de las más frecuentes frases utilizadas para ofertar un posible producto a un consumidor potencial. Pero, ¿cómo medir la calidad de las preguntas realizadas a un cliente?
Para construir una red de relación estable con los clientes de una empresa es preciso tener el interés en las necesidades, deseos y motivaciones de los consumidores y la comercialización de su planificación de servicio no solo buscando cerrar una venta, sino satisfaciendo a las personas. Escuchar lo que el cliente quiere, necesita, sugiere y quejarse es una práctica fundamental en un mercado cada vez más competitivo.
El vendedor siempre es más valorado cuando dedica especial atención a presentar lo que realmente quiere el cliente; toda buena respuesta del cliente es consecuencia de una buena pregunta del vendedor, la pregunta y la presentación de un producto debe ser estimulante. El mejor momento de abordar al comprador no siempre es el momento en que él coloca el pie en la tienda. Toda persona interesada en un producto o una variedad de los mismos, después de observar la vitrina, entra con curiosidad al establecimiento y busca su objeto deseado, cuando lo encuentra se proyecta sobre el producto en busca de detalles, siendo el momento en que el vendedor puede abordar al potencial consumidor.
El vendedor nunca debe cuestionar la elección del cliente y sí mostrar lo mejor de lo mejor ajustado a sus preferencias y presupuesto, sin realizar una crítica libre hacia los productos de la competencia. Las personas no quieren solamente comprar sino también pertenecer y ser bien atendidas.
