Las estrellas son cuerpos celestes con encanto que, desde la antigüedad, despiertan la curiosidad del ser humano. Pero lo que muchos no saben es que, así como nosotros, las estrellas nacen, crecen y mueren.
El nacimiento de una estrella se produce en las nebulosas, que son inmensas nubes de gas compuestas por hidrógeno y helio. Debido a la fuerza de la gravedad, las moléculas se atraen entre sí, quedando muy próximas, lo que hace que la nebulosa tenga una reducción de tamaño, es decir, se contrae. La contracción de los gases causa aumento en la temperatura, incrementándose más y más. Cuando la temperatura es lo suficientemente alta, esa enorme bola de gas comienza a emitir luz y el hidrógeno comienza a quemar. Ese proceso es llamado de fusión nuclear y libera mucha energía. Esa secuencia de fenómenos caracteriza el inicio de la vida de una estrella.
Durante la fusión nuclear, los átomos de hidrógeno se fusionan, dando lugar al helio. La quema de helio origina el litio y así sucesivamente, cada vez originando elementos más pesados.
A medida que se consume el combustible, la temperatura aumentará y la estrella se someterá a expansión. En esta etapa, la estrella es denominada de Gigante roja. Después de ese estadio, la fuerza gravitatoria pasa a prevalecer y la estrella comienza a contraerse. En el interior de las estrellas, la temperatura es muy alta. El núcleo del Sol, por ejemplo, alcanza los 15 millones de grados Celsius.
El tiempo que una estrella vivirá depende de su masa. Cuanto mayor sea la masa, más calor y luz ella liberará. Su muerte sucede cuando ya tenga todo su combustible quemado. Con esa quema origina elementos más pesados y termina apenas cuando pasa a producir hierro, que es un proceso que consume energía. A partir de entonces, la estrella se enfría y disminuye drásticamente de tamaño, transformándose completamente en hierro.
Con esta contracción, las partículas que estaban en la superficie de la estrella van a una velocidad máxima hacia el centro cuando chocan con el núcleo y son eyectadas para el espacio, generando elementos más pesados que el hierro. Los gases que son liberados en el espacio dan origen a una nueva nebulosa, de donde pueden surgir nuevas estrellas.
Si la masa de la estrella es considerada pequeña, cerca de un tercio del Sol, ella se convertirá en una estrella de neutrones. Ya si la masa fuese mayor, ella se transformará en un agujero negro.
