La Casa de Tudor fue una dinastía de monarcas británicos que reinó en Inglaterra desde el final de la Guerra de las Rosas en 1485 y 1603. La familia Tudor se originó en el siglo XII, con Ednyfed Fychan de Tregarnedd (1179-1246), senescal del príncipe de Gwynedd, L lewelyn ap Iorwerth. El mayor de sus 12 hijos, Gorowny, tuvo un hijo, Tudur Hem, posteriormente conocido como el viejo, que vivió desde 1245 hasta 1311. De él descienden los Tudor.
En el siglo XV vivió Owain Owen Tudor (1400-1461), hijo de Maredudd o Meredith Tudor, que se casó con Catalina de Valois, princesa de Francia, viuda de Enrique V de Inglaterra. De esta unión nació Edmundo Tudor, conde de Richmond, que se casó con Margarita Beaufort, nieta de Juan de Gante, y los padres del rey Enrique VII de Inglaterra. Las pretensiones de Enrique VII a la Corona se basaron en el hecho de que es bisnieto del rey Eduardo III, aunque por dudosas vías femeninas e ilegítimas. Para consolidar su posición, el primer rey Tudor decidió casarse con la princesa Isabel, heredera de la Casa de York.
La Casa de Tudor gobernó Inglaterra durante un relativo período de paz después de la sucesión de guerras con Escocia, la Guerra de los Cien Años y la Guerra de las Rosas. La economía y el comercio florecieron a pesar de los conflictos internos que marcaron el período como resultado del repudio de la autoridad papal de la Iglesia Católica Romana y la fundación de la Iglesia de Inglaterra, encabezada por el propio rey. Fue el comienzo de los movimientos protestantes en Europa. En el momento del final del reinado de Isabel I, la última monarca Tudor, Inglaterra fue una de las potencias europeas.
Los Tudor fueron reemplazados por la Casa de Stuart, la dinastía reinante de los monarcas escoceses, después de que Isabel I muriese en 1603 sin descendencia directa. Desde entonces y hasta el día de hoy, Inglaterra y Escocia forman una unión personal.