Cuando la noticia del épico vuelo del Sputnik 1 fue transmitida al líder soviético Nikita Jrushchov, inmediatamente comprendió la magnitud del logro histórico que acababa de ocurrir.
Además del marco tecnológico que representó el primer satélite artificial de la Tierra, el Sputnik 1 sirvió para demostrar la superioridad del sistema político comunista sobre el mundo capitalista de Occidente. Una nueva evidencia de ello ocurriría algunas semanas más tarde, con un hecho que quedaría para siempre en la memoria de la humanidad.
Oleg Gazenko, jefe del equipo médico de la misión espacial, lanzó a una perrita al espacio de nombre Laika. Su vuelo estaba destinado a acabar en tragedia, pues no hubo medios preparados para un posible regreso. El destino de la vida de Laika quedaba ensombrecido por el hito de la ciencia.
En aquella época, todavía no existía una legislación clara en relación a la ciencia y su vinculación con el maltrato animal, por lo que los medios nunca se hicieron eco de las consideraciones morales del vuelo.
Perro a bordo
Poco después del primer vuelo no tripulado, el Sputnik, Nikita Jrushchov habló con el jefe de diseño Sergei Korolev y le preguntó algo espectacular para celebrar el 40 aniversario de la Revolución Bolchevique (conocida como la segunda fase de la revolución rusa de 1917). Korolev le prometió poner un satélite en órbita con un perro a bordo.
Los ingenieros y los técnicos soviéticos tenían poco más de un mes para crear el Sputnik 2 y tuvieron que regresar a sus puestos de trabajo porque estaban de vacaciones tras el éxito del primer Sputnik. Los vuelos de transporte de animales de experimentación a bordo se pusieron en marcha en los años 50 y la experiencia de los científicos soviéticos fue explotada al máximo para construir el nuevo satélite.
Sputnik 2
Se utilizó un contenedor biológico destinado a una misión a ser lanzada por el misil R 2A. La construcción de la nave se inició en octubre de 1957, apenas seis días después del lanzamiento del Sputnik 1.
Básicamente, el satélite fue un pequeño recipiente cilíndrico con una capacidad para un solo perro, también incluyendo los sistemas de soporte de vida y la instrumentación para comprobar los signos vitales del animal y el estado de la atmósfera en el interior de la cápsula.
El sistema de soporte de vida era básicamente un dispositivo automático que funcionaba con productos químicos de regeneración, absorbiendo dióxido de carbono y el exceso de vapor de agua.
En la zona superior del satélite se encontraba un módulo esférico que acomodaba los sistemas de radio-telemetría y fuentes de energía.
Astronauta callejero
El Sputnik 2 no tenía la capacidad de volver a la Tierra, porque en ese momento no se había desarrollado la tecnología necesaria para hacerlo. Los expertos predijeron ‘adormecer’ al perro con una inyección letal automática antes de que el oxígeno a bordo de la cápsula se agotase.
La elección de Laika no fue casual. Después de probar con un grupo de diez perros entrenados por el Instituto de Medicina de la Fuerza Aérea se optó por ella. Oleg Gazenko era el principal científico del proyecto y el entrenador de animales.
Laika había sido reclutada por él en las calles de Moscú, donde vagaba libremente, sin dueño, antes de convertirse en el primer tripulante espacial en viajar desde la Tierra. Laika fue la candidata escogida por su personalidad tranquila y paciente e inmediatamente comenzó un entrenamiento intensivo para resistir al vuelo el mayor tiempo posible.
El lanzamiento del Sputnik 2 con Laika a bordo se celebró el 3 de noviembre de 1957. Nadie antes había experimentado la sensación de ir al espacio a bordo de un cohete. El latido del corazón de Laika se triplicó durante el lanzamiento, pero todos los signos vitales eran normales hasta entonces.
Los días posteriores al lanzamiento
Aunque todo parecía ir según lo previsto, fue notado un aumento significativo en la temperatura del compartimento biológico. El sistema de control térmico mostró signos de ineficiencia y por eso Laika sufrió condiciones muy incómodas.
Las altas temperaturas en el interior de la cápsula fueron una constante durante el vuelo y Laika murió definitivamente el 7 de noviembre de 1957.
Un análisis más detallado confirmó que Laika había muerto debido al calentamiento excesivo de su recipiente. El mal funcionamiento del sistema de control término no favoreció a las condiciones internas de la nave.
En una reciente entrevista, Dimitri Malashenkov, uno de los científicos involucrados en el proyecto Sputnik 2, declaró que era casi imposible construir un sistema confiable en el plazo establecido.
El descubrimiento de Laika
Un aspecto impresionante del vuelo del Sputnik 2 fue la detección de los cinturones de radiación de todo el planeta, más tarde bautizados como cinturones de Van Allen.
En realidad, los científicos soviéticos fueron incapaces de interpretar la información que había obtenido de primera mano.
Vuelo sin retorno
El satélite permaneció en la órbita de la Tierra durante algunos meses, volviendo a la atmósfera terrestre el 14 de abril de 1958, después de 2570 vueltas alrededor del planeta. A su regreso, la cápsula ardió hasta transformar en cenizas el cuerpo desgastado de Laika.
Una ola de protestas de las asociaciones de protección de animales dijeron que el vuelo del cachorro era innecesario, cruel e inhumano. El vuelo del Sputnik 2 con su pasajero inocente fue un ejemplo de cómo la carrera espacial fue impulsada por la política de la Guerra Fría.
En julio de 1998, Oleg Gazenko confesó sentirse profundamente arrepentido de haber enviado a Laika en una misión sin retorno. Después de su muerte, Gazenko fue consciente de la realidad.
Cuanto más tiempo pasa, más lamento lo sucedido. No debimos haberlo hecho….ni siquiera aprendimos lo suficiente de esta misión, como para justificar la pérdida del animal.
Oleg Gazenko