Llamamos residuos nucleares a los residuos radiactivos procedentes de hospitales, plantas de energía nuclear, centros de investigación, entre otros. El material eliminado es el resultado de la actividad con elementos radiactivos como el uranio, por ejemplo, que ofrecen riesgos para la salud del hombre y la naturaleza. Por lo tanto, es esencial que este tipo de material no sea reutilizado y tener una correcta eliminación. Veamos cómo eso puede ser hecho.
Los residuos nucleares tienen que ir a través de un tratamiento apropiado, entonces ser embalado y en última instancia ser almacenado en lugares específicos durante un período, hasta que su extremo y radiación no ofrecen más riesgos. Este período no es fijo y puede variar de un contenedor a otro.
Los residuos de centrales de energía nuclear se colocan en contenedores especiales y desechados en lugares con suelo de hormigón, debiendo permanecer confinados por un periodo largo que varía de 50 a 300 años. En varios países, este tipo de descarte es gestionado en las empresas mineras y en institutos energéticos.
Los desechos destinados a cuevas son de alta actividad nuclear, como combustibles de reactores, los cuales necesitan ser completamente aislados. Estas cuevas son construidas especialmente para este fin y poseen 800 metros de profundidad.
En la ciudad de Goiânia, municipio de Brasil, donde hubo un accidente nuclear con cesio 137 en el año 1987, fue necesario crear el repositorio, el cual es un lugar donde se almacenan los desechos nucleares de la catástrofe. Este lugar está lejos de la ciudad y los residuos radiactivos fueron enterrados a gran profundidad. Entre los materiales confinados están objetos personales de víctimas del cesio, aislados por placas de plomo (aislante).
