Las acciones humanas como la deforestación, la quema de residuos, el exceso y la contaminación, han dañado el medio ambiente. Por lo tanto, la flora (plantas) y fauna (animales) terminan siendo muy perjudicadas.
La destrucción de la flora, además de muchas consecuencias que puede provocar, hace que una gran cantidad de animales tengan sus territorios en peligro. Algunos incluso pierden su fuente de alimento, quedando como única opción buscar otros locales –si tienen suerte y no mueren antes.
Para empeorar la situación, otras actividades como la caza furtiva, el tráfico ilegal de animales salvajes para los coleccionistas, y también para ser criados como animales de compañía sin una licencia, también han contribuido a que muchas poblaciones de vida disminuyan. Vale decir que la población es el nombre dado a un grupo de animales de una especie que habita en una misma área.
Cuando se dice que una especie está en peligro, lo que significa que puede dejar de existir, es decir, hay una disminución muy grande en el número de animales en sus poblaciones. Con esto, sabemos que esta especie puede terminar pronto, si no se protege, habiendo mayor tasa de mortalidad que de natalidad.
Cuando el número de animales de la misma especie disminuye, un problema que puede ocurrir es el incremento en el número de individuos de las especies de las cuales se alimentan, y la disminución de otras. Por ejemplo, existiendo pocas águilas habría más serpientes y, con la presencia de estos reptiles, disminuiría el número de ranas que a su vez provocan un mayor número de moscas.
Con este aumento y disminución de las especies, podemos imaginar las implicaciones sobre el medio ambiente. En el ejemplo citado, podemos pensar en los conflictos que pueden suceder, teniendo en cuenta que las moscas son transmisoras de enfermedades.
Brasil es un país que tiene el mayor número de animales de diferentes especies en diferentes entornos, especialmente en el Amazonas. De éstos, 600 están en peligro. Esto es muy grave y triste también, porque sabemos que cada especie es única, y todos son muy importantes para el medio ambiente. Algunas especies que se encuentran en Brasil, que están en peligro de extinción son Guacamayo de Spix (Cyanopsitta spixii), la tortuga laúd (Dermochelys coriacea), el manatí (Trichechus inunguis) y la nutria gigante (Pteronura brasiliensis).