Uno de los textos más hermosos de la literatura universal, El Banquete, Platón describe lo que sería su enseñanza sobre el amor y resume el concepto popular de ‘amor platónico’. El relato que rememora una fiesta tuvo lugar en la casa de un famoso poeta (Agathon) que dará lugar a una serie de alabanzas al dios que, se creía, no había recibido todavía la gloria de los hombres. Por lo tanto, Dios ha sido tomado por varios personajes, desde el dios más antiguo y por eso buen educador, pasando por una fuerza cósmica universal generadora de seres, hasta una doble característica, una vulgar y otra escéptica, como un dios más joven, más bello y por eso irresponsable, entre otros.
En el momento de hablar de Sócrates, surge el problema: Sócrates no sabe hablar bien, no tiene suficiente elocuencia. Él no sabe cómo alabar, pero le gustaría, en forma de diálogo, hablar de Dios. Y la primera pregunta es: ¿qué es el amor? Es decir, antes de hablar si es bueno o malo, bello o feo, si ayuda o dificulta en la educación, debemos saber lo que es el amor. Para consternación general, Sócrates define el amor como la búsqueda de la belleza y la bondad. Y si es así, no puede ser bello ni bueno. Quien ama, desea algo que no tiene. Cuando se tiene, no se desea más o se desea mantener en el futuro lo que significa que no lo tiene. Y todos desean el mejor, nadie escoge el mal voluntariamente. Luego, el amor es el deseo de lo bello y de lo bueno. Esa definición permite una comprensión universal del objeto (el amor). Pero no debemos creer que por no ser bueno, el amor va a ser malo. No es una conclusión necesaria.
En la teoría de Platón, el mundo sensible no es más que un reflejo de lo que es bueno en el mundo inteligible. El amor perfecto sólo existe en la mente de la gente, pero el verdadero amor (que se toca, se vive) puede tener defectos. Por lo tanto, aquellos quien no vive el amor real, queda sólo en la imaginación, vive un amor platónico.
Por esta idea surgió el término “amor platónico”, que sería el amor de una persona por su carácter, la inteligencia, la belleza. Con el tiempo este término estaba siendo distorsionado por ganar un segundo significado, como si el amor platónico fuera un amor a distancia, que no se aproxima, no se toca, donde no hay implicación. El amor platónico era hecho de fantasías, idealizaciones pues no se materializaba ni se hacía real. El amor platónico, en definitiva, sería de amor imperfecto que posee todas las buenas cualidades pero que nunca llega a ser vivido o experimentado en la realidad.
