El mensaje subliminal designa el tipo de mensaje que no es percibido por los límites sensoriales del cuerpo. Por lo tanto, se transmite por algunos estímulos intensos que no son percibidos por la conciencia humana, pero sin saberlo, son capturados por la visión periférica (en los casos de los mensajes visuales) que capturan imagenes sin el uso de la fóvea (la parte de la retina que se centra en los objetos). Cuanto mayor sea la intensidad de los estímulos supraliminares, mayor es la oportunidad de ser notados, de forma que el almacenamiento de los estímulos subliminales se da cuando los estímulos supraliminares han sido almacenados.
En el aspecto auditivo, olfativo, gustativo, táctil o visual, los mensajes subliminales al ser absorbidos no son identificados por el cerebro, dato que plantea la posibilidad de influir en decisiones, actitudes y toma de decisiones. Este cambio de actitud es interesante para la influencia sobre algún producto o servicio comercial aunque existe escepticismo sobre su eficacia real. A pesar de actuar sobre los cinco sentidos humanos, la mayor parte de los mensajes subliminales se dan sobre las formas visuales y auditivas.
Conscientemente, no podemos darnos cuenta de la cantidad y la forma de miles de estímulos que recibimos todos los días, pero los científicos, a través de la experiencia, consiguieron percibir cuando el cerebro registra un mensaje subliminal cómo ese proceso se desarrolla.
El mensaje subliminal, a pesar de ser poco ético y estar prohibido por diversas agencias en distintos países, todavía se utiliza en los comerciales de televisión, espectáculos, telenovelas, películas y otros eventos con el fin de auto-promoción y para realizar merchandising de sus patrocinadores de forma que solamente sean percibidos sus productos en las imagenes que no se centran directamente en un producto existente.
