La vasectomía consiste en el método quirúrgico anticonceptivo de esterilización masculina, a través de la disección y oclusión de los conductos deferentes que conducen los espermatozoides para las vías externas del sistema genital masculino, impidiendo la fecundación del espermatozoide con el óvulo, en caso de que sea mantenida una relación heterosexual con penetración y eyaculación, coincidente con el periodo fértil femenino.
De esta manera, el semen eliminado (eyaculado) no contiene espermatozoides, conteniendo apenas la secreción del plasma seminal, una mezcla de sustancias producidas por las vesículas seminales, las glándulas bulbouretrales y la próstata.
Es importante informar que la vasectomía hace al individuo estéril, pero no interfiere en la síntesis hormonal masculina y mucho menos en su desempeño sexual. Por tanto, sin cualquier relación con la erección o tamaño del pene, no afecta a la virilidad del hombre, que en situación de estímulo continúa normalmente teniendo orgasmo.
Muchos se niegan a este procedimiento de control de la natalidad y también a otros medios más simples, el uso del preservativo, por mero desconocimiento (instrucción educacional) y debido al influyente precepto social machista, induciendo psicológicamente al hombre a imaginar que la vasectomía desfigura la masculinidad.
Por esa lógica que afecta al ‘funcionamiento viril del hombre’, muchos toman como opción la ligadura de trompas en sus parejas, mientras que la vasectomía resulta mucho más simple.
