Líder sudafricana, Nomzamo Winifred Zanyiwe Madikizela, más tarde conocida como Winnie Mandela, nació el 26 de septiembre de 1934/36, en una pequeña aldea de Transkei. Hija de un profesor de historia de la raza xhosa, asistió a la enseñanza superior en su país, terminando por formarse como asistenta social infantil en la Universidad de Johannesburgo (1953).
Tres años más tarde conoció a Nelson Mandela, político y activista de quien se convirtió en una colaborada abnegada. Acabó por casarse con él en 1958, siendo el segundo matrimonio del futuro líder de la nación.
Mandela fue detenido en 1962, dando inicio a un largo cautiverio en las cárceles del apartheid que duraría hasta 1990, fecha en que abandonó la prisión de Robbie Island. Poco tiempo después de ser encarcelado, Winnie fue prohibida por el Estado de África del Sur, habiendo sufrido durante años la persecución y hostilidad incesantes del gobierno y las fuerzas de seguridad del régimen racista de Pretoria. Winnie pasó cerca de 17 meses en la prisión, entre 1969 y 1970, siendo forzada a un exilio interno entre 1977 y 1985. Durante todos esos años no dejó de prestar servicios en el área de la educación y asistencia social, convirtiéndose en heroína de la lucha contra el apartheid en África del Sur. Su reputación terminó, sin embargo, por ser grave e irreversiblemente afectada a finales de la década de 1980, debido al hecho de que ella junto a varios agentes privados fueran relacionados con las torturas y secuestros de jóvenes negros, uno de los cuales terminó siendo asesinado.
En los primeros días después de la liberación de Nelson Mandela en 1990, Winnie, a pesar de ser involucrada en sucesivos escándalos, todavía participó de numerosas actividades políticas junto a su marido, acompañándolo en viajes al extranjero. En mayo de 1991, su situación cambió drásticamente, no permaneciendo más su estatuto como mujer de Mandela y del uso de su nombre. Así, fue condenada a seis meses de encarcelamiento por las acusaciones de secuestro. No obstante, la sentencia acabaría siendo reducida por una pena pecuniaria. Regresó a la vida política en 1993, como presidenta de la Liga de las Mujeres del Congreso Nacional Africano, siendo designada, en el año siguiente, ministra de las artes, cultura, ciencia y tecnología del primer gobierno multirracial de la renovada África del Sur, ya sin apartheid y bajo la batuta de Mandela y del ANC.
Pero Winnie no era más la heroína defensora de los negros africanos, a los ojos de los cuales era cada vez más una desilusión política y humana. Así, emergieron nuevas polémicas y constantes diatribas con el gobierno liderado por Mandela, incitando incluso a la violencia y lucha política entre sus seguidores, esencialmente jóvenes activistas radicalizados. En 1995, Mandela la expulsaría de su gobierno.
Separados desde 1992, Nelson y Winnie se divorciaron oficialmente en 1996. Winnie permanece todavía bajo fuertes acusaciones e investigaciones judiciales relativas a su pasado político y a sus controvertidas actividades dentro del movimiento anti-apartheid. A lo largo de la última década, Winnie Mandela se ha revelado como una personalidad cambiante respecto a su antiguo papel ejercido como protectora de la nación negra de África del Sur.