Vulcanismo intraplaca es un tipo de actividad volcánica, normalmente de naturaleza efusiva, en que el magma es liberado a través de centros de actividad volcánica situados en el interior de las placas litosféricas, los denominados puntos calientes (hot spots).
Un punto caliente es un centro de actividad volcánica, pasado o presente, que se asocia con una pluma térmica, originando, generalmente, islas volcánicas en el interior de las placas litosféricas. Las plumas térmicas son columnas de material magmático caliente y poco denso que sube a lo largo del manto hasta la base de la litosfera, donde terminan con la fórmula de seta. El magma que asciende a lo largo de la pluma térmica va a alimentar un volcán a la superficie de la litosfera.
Los puntos calientes mantienen una posición fija en el manto y originan, a la superficie, volcanes efusivos de lava basáltica. Mientras que la litosfera se mueve debido a la expansión causada por placas divergentes y como el punto caliente se mantiene fijo, con el paso del tiempo va a formarse una alineación de volcanes, siendo tan antiguos como retirados de la grieta y del punto caliente se encuentren. A medida que la placa litosférica se mueve, el punto caliente, como es fijo, deja de alimentar el volcán, que se extingue, pasando a alimentar un nuevo volcán.