El voto es un proceso de toma de decisiones en el cual los electores expresan su opinión a través de un voto de manera predeterminada. Los votos se procesan y la decisión es tomada según alguna norma particular.
La forma más común de votar es aquella en la cual hay un sistema con un número entero de opciones y cada elector escoge a uno de ellos, es decir, cada voto en la opción de su candidato preferido. La opción ganadora es la que recibe la mayoría de los votos.
La democracia en el mundo moderno tiene como su premisa la existencia de un organismo electoral renovado periódicamente y un electorado integrado por quienes tengan derecho a votar. No hay ninguna representación política sin elecciones.
Aunque el voto es a menudo opcional, existen varios países donde se el voto obligatorio, lo que significa que todos los ciudadanos entre 18 y 70 años deben asistir a las urnas el día de las elecciones, donde puede escoger entre los candidatos, votar como nulo o blanco – voto no contabilizado – en las urnas. El elector que no comparece a los plenos electorales obligatorios debe justificar su ausencia, bajo pena de multa. Quien no vota o no justifica su voto puede llegar a sufrir reajustes en términos de legalidad respecto a su situación como ciudadanos.
Cuando el voto no se cumplimenta conforme a la normativa establecida se procede a su nulidad. Algunas situaciones incluyen:
- Cuando es señalado más de una casilla o cuando existen dudas sobre la casilla marcada.
- Cuando es señalado una casilla correspondiente a una lista que haya desistido de las elecciones o no fuera admitida.
- Cuando ha sido hecho cualquier corte, dibujo, rasura o cuando ha sido escrita cualquier palabra.
- Cuando el voto es anticipado, el boletín de voto no llega a la mesa de voto en las condiciones legalmente previstas o cuando es recibido sin estar debidamente cerrado.