Una volumetría de oxidación-reducción se basa en reacciones en las que hay transferencia total o parcial de electrones entre las especies oxidante y reductora. Oxidante es toda especie capaz de captar electrones; reductor corresponde a toda especie capaz de ceder electrones.
Una partícula oxidante puede crearse por una partícula reductora o viceversa. El punto de equivalencia de estas titulaciones es alcanzado cuando el oxidante y el reductor se encuentran en las proporciones estequiométricas.
Para satisfacer este requisito, las tendencias, tanto del reductor para la transferencia de electrones como del oxidante para la recepción, deben ser suficientemente elevadas y traducirse, cuantitativamente, por el designado potencial-estándar (E0).
Cuanto mayor sea el potencial estándar de un par conjugado óxido-reductor, mayor será la tendencia del reductor para ceder electrones.
Las titulaciones de oxidación-reducción requieren, por lo general, un indicador que adquiere sustancialmente distintos colores en forma oxidada y reducida. En el punto de equivalencia o en sus alrededores, hay una clara alteración en el color del indicador, de tal manera que el punto final es perfectamente identificado.
Para las titulaciones de oxidación-reducción es muy restringida la gama de indicadores. En algunas situaciones, se dispensa el uso del indicador, ya que uno de los reactivos presenta un cambio de color suficientemente marcado en el punto de equivalencia. A estas titulaciones se le da el nombre de auto-indicadas y el reactivo es designado como indicador interno.
