En las ciencias tanto en la química como la física, la volatilidad es la tendencia de una sustancia para pasar al estado gaseoso, es decir, la sustancia que pasa fácilmente de la fase líquida a la fase gaseosa. Esa facilidad depende del referencial; por eso, la volatilidad es siempre relativa: lleva en cuenta dos sustancias, siendo una de ellas la sustancia señalada como referencial.
En los casos de equilibrio líquido-vapor totalmente ideales, la volatilidad relativa entre dos sustancias en una mezcla es una simple relación de presiones de vapor. Las sustancias volátiles tienen una mayor presión de vapor. Aunque la presión de vapor sea fuertemente dependiente de la temperatura, la razón entre presiones de vapor es mucho menos dependiente de la temperatura, lo que hace de la volatilidad relativa una buena candidata para los cálculos de equilibrio líquido-vapor en procesos de purificación continua por destilación.
Como ejemplos de sustancias volátiles podemos mencionar el alcohol etílico y la acetona.
En economía, la volatilidad es un término general utilizado para describir las fluctuaciones diarias en los precios (independientemente de la dirección). Generalmente, los cambios en la volatilidad tienden a provocar cambios en los precios. La volatilidad como un indicador técnico es una herramienta útil cuando se trata de inversiones de mercado potencial. Este indicador se basa en los siguientes supuestos: 1) tendencias de alza en mercado son caracterizadas por una caída en la volatilidad; 2) tendencias de caída son generalmente marcadas por un aumento de la volatilidad; 3) reversiones de tendencia ocurren generalmente cuando la volatilidad se incrementa.