Los vikingos habitan en la imaginación en la alta edad media hasta la actualidad. Su imagen de pueblos bárbaros y violentos era posiblemente debido a las impresiones dejadas por algunos clérigos que vivían en la región del reino franco. Los vikingos con sus incursiones participaron en la formación del pueblo de Normandía y Bretaña, durante la edad media.
Por ser las iglesias y monasterios los principales focos de ataque por parte de los vikingos, los clérigos condenaron a este pueblo, creando de ellos una imagen de seres malvados, sucios, groseros y grotescos, a diferencia de los habitantes del mundo carolingio civilizados y respetuosos con la religión cristiana. El monje inglés Alcuino de York llegó a presentar a los vikingos como un castigo divino de aquellos que recibían sus ataques. Todo ello expresado como si los cristianos de la época no realizasen saqueos, muertes y asesinatos en sus acciones bélicas.
Pero la historia de los vikingos fue distinta de esta imagen retratada por los clérigos. Por vivir en el litoral, en el norte de Europa, los vikingos ejercían la práctica del comercio marítimo en la región. Con sus naves marítimas, llamadas knorr, ellos hicieron varias incursiones en diversas regiones europeas después del siglo VIII. Y como varios pueblos coexistieron en esta época, los vikingos también realizaban saqueos en las regiones afectadas.
La primera incursión importante se produjo en las islas británicas, durante la década de 790, y más tarde alcanzaron el continente europeo, obligando al rey de Francia Oriental, Carlos el Calvo, a pagarles tributos. Con estas acciones el líder vikingo Rollo recibió de Carlos el Simple, en el 911, la región de Normandía. A cambio del territorio, los vikingos ayudaron en la defensa del litoral francés. De hecho, la palabra Normandía procede de nordmanni, o hombres del norte, señalando con la expresión a los vikingos.
Los vikingos, además de comercio marítimo, desarrollaron la agricultura y la artesanía. Tenían como autoridad política la figura del rey, además de otras autoridades locales como los jefes tribales. En el ámbito social, las familias eran la estructura de la organización social, centrada en la figura del hombre como defensor y realizador de actividades comerciales externas a la esfera doméstica. Sobre la mujer recaían las obligaciones domésticas.
A pesar de la fama de saqueadores e intrusos, los vikingos han contribuido enormemente al comercio del norte de Europa, ocupando otras regiones aparte de Normandía, que estaba ubicada en el continente europeo. En el siglo IX, los vikingos lograron conquistar gran parte de las tierras de Bretaña, en la isla donde hoy se encuentra Inglaterra. Los vikingos lograron llegar hasta las regiones cerca de Escocia, que influyen en la formación de la sociedad británica.
Estos contactos con otras personas, especialmente los cristianos, han provocado la disolución de la sociedad vikinga entre las regiones conquistadas de los pueblos, especialmente entre los siglos XI y XII.