Los vikingos son una antigua civilización originada en la región escandinava, que hoy comprende el territorio de tres países europeos: Suecia, Dinamarca y Noruega. También conocidos como nórdicos o normandos, ellos constituían una rica cultura que se desarrolló debido a la actividad agrícola, la artesanía y un notable comercio marítimo.
Saquearon y conquistaron diversas tierras, especialmente en Bretaña (actual Reino Unido). Los nórdicos alegaron que sus tierras no eran buenas para el cultivo y generaron la necesidad de ocupar nuevos territorios.
La vida de los vikingos, básicamente, se desarrollaba en los mares. La piratería era su principal actividad. En varios saqueos por Europa robaron y devastaron ciudades y edificios religiosos de la era cristiana. Su cénit sucedía entre los siglos VIII y XI, desapareciendo poco después, a inicios del siglo XII.
Los vikingos mantenían supersticiones y creían en numerosos dioses. Por ejemplo, cuando los daneses estaban partiendo para el comercio marítimo, retiraban las cabezas de animales de la proa, para que no espantasen los espíritus en tierra; una vez allí, en el momento del saqueo dejaban las cabezas de animales para que los espíritus no interfirieran en batalla.
Los vikingos fueron en aumento en todo el siglo VIII hasta el XI de nuestra. La invasión de Bretaña se llevó a cabo a finales del VIII. En 865, un ejército vikingo grande luchó, resultando en la conquista de gran parte de las tierras británicas. Siguieron su expansión en tierras escocesas dado que era común la ambición por invadir tierras ajenas, queriendo expandir sus orígenes y predominar como civilización. Después de numerosas batallas, el número de vikingos fue disminuyendo hasta su desaparición entre el siglo XI y XII.
