La mayoría de los aztecas vivían como los indios de hoy, en las aldeas más remotas de México. La familia era integrada en una sencilla casa, elaborada de adobe o barro o cubiertas de paja.
El patriarca familiar trabajaba en el campo con los hijos más viejos. La madre llevaba la casa y enseñaba a sus hijas a realizar las tareas del hogar. Las mujeres pasaron la mayor parte del tiempo de su tiempo moliendo maíz en una piedra plana – el metate (en náhuatl: métlatl) – y haciendo panes sin levadura, las tortillas. También hilaban y tejían. Las comidas favoritas eran la pimienta, el maíz y los frijoles –que producción a gran escala para el consumo.
Los aztecas sobresalieron por la diversidad de su vestuario. Las ropas de los aztecas estaban hechas de algodón o con hojas de sisal. Los hombres llevaban un taparrabos, manto y sandalias. Las mujeres llevaban faldas y blusas sin mangas. Los colores fuertes y diseños resaltados revelaban la posición y cargo en la compleja estructura social. Los jefes de la aldea utilizaban una manta blanca y los embajadores se caracterizaban por esmerados tocados y adornos de oro. En general, los sacerdotes iban vestidos de negro.