El movimiento de traslación y la inclinación del eje terrestre 23°27’ respecto al plano orbital son responsables de la variación de la energía solar que llega a la superficie del planeta Tierra durante el año. Esta diferencia en la radiación solar durante el año resulta en la aparición de cuatro estaciones diferenciadas: primavera, verano, otoño e invierno.
El verano es la estación que sigue a la primavera y precede al otoño. En el hemisferio norte, el verano va del 21 de junio al 23 de septiembre; en el hemisferio sur, se produce entre el 21 de diciembre y el 20 de marzo.
Durante esta temporada, una porción de la Tierra está más cerca del Sol, haciendo que los días sean más largos que las noches. Este hecho hace que muchos países adopten el horario de verano, adelantando el reloj una hora con el fin de ahorrar energía y reducir el consumo en las horas punta.
Las temperaturas son altas y es común la ocurrencia de lluvias, porque la evaporación del agua se intensifica debido al calor. Normalmente, el verano es la temporada destinada a las vacaciones escolares y laborales, ya que este período es propicio para el turismo, especialmente para las ciudades costeras.