Antes de que la Primera Guerra Mundial sucediera, las distintas naciones involucradas en este conflicto se prepararon con una opulenta tecnología militar. Por lo tanto, cuando la gran guerra estalló en 1914, el movimiento de tropas duró muy poco tiempo.
Estaba claro que ambos lados eran bélicamente poderosos y que el menor avance territorial solo sucedería al costo de millares de vidas. De esta manera, los soldados pasaron a cavar trincheras de donde se asentaron, al mismo tiempo, para protegerse y atacar. Generalmente, una trinchera era abierta por la tropa y contaba con cerca de 2,30 metros de profundidad por dos metros de largo. En el punto más alto, eran colocados sacos de arena y alambre de púas que protegían a los soldados contra balas y metralla de las bombas.
Además, un paso interno llamado Fire Step permitió la observación de los enemigos. Para que las tropas enemigas no pudieran conquistar una trinchera en un solo ataque, los soldados habían sido cuidadosos de no construirlas en una línea recta. Trincheras auxiliares y perpendiculares también eran construidas para que el tiempo de reacción a un ataque fuese ampliado. A pesar de la protección una bomba certera o un enjambre de balas oportuno podían dejar a varios soldados heridos. Las muertes repentinas y los ataques inesperados eran constantes. Además del poder de las armas, la propia trinchera era otra enemiga para los soldados que se amotinaban en aquel espacio insalubre.
Los muertos que se acumulaban en las trincheras fueron un gran cebo para los ratones alimentándose con la carne putrefacta de sus cuerpos. Entre las enfermedades generalmente contraídas en las trincheras sobresalían la ‘fiebre de la trinchera’ reconocida por fuertes dolores en el cuerpo y fiebre alta; y el ‘pie de trinchera’ (o pie de inmersión), una especie de micosis que podría resultar en gangrena y amputación. Entre dos trincheras enemigas quedaba la llamada ‘tierra de nadie’, donde el alambre de púas y cuerpos en descomposición eran bastante recurrentes. La presencia en aquel territorio era bastante arriesgada y solo sucedía por el uso de frentes muy bien armados.
Generalmente, un soldado asume múltiples funciones en el campo de batalla, teniendo sus fuerzas utilizadas para el combate, el mantenimiento de las tropas, el apoyo militar de reserva y en los terribles días que pasaban en la propia trinchera. Más que una simple estrategia militar, las trincheras fueron intensamente los horrores experimentados a lo largo de la Primera Guerra Mundial. Sujeta a las condiciones de vida extremas, miles de soldados fueron asesinados en un conflicto en el cual la competencia imperialista fue su razón. Por primera vez, la capacidad de los hombres asesinados alcanzó alturas que abalaron esa imagen de razón y prosperidad que justifica el capitalismo monopolista.