Hay tres procesos de transferencia de energía: conducción, convección y radiación.
Conducción
Este tipo de transferencia se produce en los sólidos. Esta transferencia se produce porque las partículas sólidas son muy cercanas entre sí. Las partículas de mayor temperatura (y por ello con mayores movimientos vibratorios – mayor energía cinética) transfieren energía, por contacto, a las partículas inmediatamente a su lado, más finas (con menor vibración –menor energía cinética).
Existen materiales buenos (metales, óxido de sicilio, grafito) y malos conductores de calor. Los malos conductores de calor (vidrio, caucho, lana, plástico) pueden ser conductores como materiales aislantes de temperatura.
Convección
La convección se produce en líquidos y gases. En este caso, la transferencia de energía desde un lugar a otro es debido al movimiento de las partículas (no posible en los sólidos, porque las posiciones de las partículas son fijas), las denominadas corrientes de convección.
Las corrientes de convección llevan las partículas para otro lugar (los gases calientes suben, llevando las partículas más calientes para lugares a una altura superior). Es posible observar corrientes de convección en la atmósfera y en líquidos en calentamiento.
Radiación
La radiación es un proceso de transferencia de energía que no necesita de un medio natural para desarrollarse, al contrario de la conducción (necesita de un medio sólido) o de la convección (requiere de un medio líquido o en estado gaseoso).
Este proceso de transferencia no requiere energía para propagarse a través del material en lugar de conducción (requiere un medio sólido) o convección (requiere un medio gaseoso o líquido).
Esta transferencia se desarrolla a través del espacio vacío. Sucede así cuando el calor llega del Sol hasta nosotros.
