Con la expansión marítima europea en el siglo XV, y la conquista del Nuevo Mundo, los europeos buscaron mano de obra para sus emprendimientos en las nuevas tierras conquistadas (América). En primer lugar, esclavizaron a los indios, nativos americanos, pero no tardó mucho tiempo en ser una actividad prohibida por la Iglesia Católica.
Por lo tanto, los portugueses, prohibidos esclavizar a los pueblos indígenas, tuvieron que regresar a África y para negociar la compra de esclavos. La esclavitud de las personas era una práctica antigua en África, sin embargo, con los europeos y su alta demanda de esclavos, el número de personas sometidas a esa condición creció considerablemente.
De esa manera, en el siglo XV, el comercio de esclavos adquirió proporciones enormes. Las potencias europeas establecieron fábricas y puertos de suministro de esclavos en la costa africana. En estas fábricas había esclavos enviados que llegaron a las colonias europeas en América a través de barcos negreros que se les conocía como tumbeiros (ataúdes).
Una vez a bordo de los navíos, los esclavos procedentes de diferentes regiones de África y de los grupos étnicos, fueron tratados con extrema violencia y recibieron poca comida. Por lo general, fueron maltratados y golpeados sin razón aparente y fueron hacinados en barcos tumbeiros en ambientes poco saludables que propiciaría la propagación de la enfermedad.
Cruzando el Océano Atlántico se produjo el comienzo del sufrimiento de los esclavos africanos que estaban destinados a América. Con la llegada del Nuevo Mundo, los barcos de esclavos fueron llevados a diferentes puertos y lugares del continente americano. La mayor parte de los esclavos tenía un destino común: los mercados, donde se comercializan como productos básicos, produciendo grandes ganancias para los traficantes de esclavos.
Sin embargo, a partir de una nueva investigación de los historiadores, se ha sabido que no fueron exclusivamente los europeos quienes organizaron el tráfico negrero. Hubo varios grupos organizados que se especializaron en la compra de esclavos entre los siglos XVIII y XIX. Muchos traficantes de esclavos eran oriundos de la región y mantenían las embarcaciones que traían los esclavos para el Nuevo Mundo. Casi siempre, los traficantes de esclavos negociaban con los africanos, con objeto de comercio basado en el trueque, comercialización de mercancias tales como bebidas alcohólicas, armas de fuego, pólvora, textiles, entre otros, a cambio de personas esclavizadas.
La esclavitud en América duró casi cuatro siglos y millones de esclavos africanos llegaron a las tierras del Nuevo Mundo.
