En la superficie de la tierra podemos dar con diversos tipos de suelo. Cada tipo tiene sus propias características, tales como densidad, forma, color, consistencia y química.
Suelo arcilloso
Posee consistencia fina y es impermeable al agua. Uno de los principales tipos de suelo de arcilla es la terra rosa o tierra roja, encontrado en áreas como La Mancha de España y zonas del interior de Australia. Este tipo de suelo es bueno para la práctica de la agricultura, principalmente para el cultivo de viñedos.
Suelo arenoso
Tiene consistencia granulosa y se compone principalmente de arena. Requiere irrigación constante, pues el agua que penetra en él se hunde rápidamente hacia sus capas más profundas. Se consideran suelos secos y de poca humedad.
Suelo humoso
Presente en territorios con altas concentraciones de materia orgánica (humus) en descomposición. Es ampliamente utilizado para la práctica de la agricultura, porque es extremadamente fértil (rico en nutrientes para las plantas).
Suelo calcáreo
Se trata de un suelo formado por partículas de las rocas. Posee importantes cantidades de calcio. Por consiguiente, presentan una coloración blanquecina o marrón claro. Requiere de tierra mejorada y materia orgánica. Dependen del sol diurno y un buen drenaje. El suelo es poco apropiado para el desarrollo de los cultivos debido a las dificultades asociadas al desarrollo de las plantas dada su composición.
¿Sabía usted?
La ciencia que estudia la composición, el desarrollo y la formación de los suelos es la edafología.