Las raíces son estructuras extremadamente importantes para los vegetales. Es a partir de ella que la planta es capaz de sustentarse y retirar agua y nutrientes del sustrato. Diversos tipos de raíces son encontrados y varían de acuerdo con el ambiente que cada especie vive.
En términos más generales, podemos dividir las raíces en dos grandes grupos: las raíces pivotantes y fasciculadas. Las raíces pivotantes son aquellas encontradas en eudicotiledóneas y se caracterizan por la formación de una raíz principal de la cual parten las ramificaciones. Estas ramificaciones reciben el nombre de raíces secundarias.
A diferencia de raíces pivotantes, en las raíces fasciculadas no es encontrada una raíz principal, pues en esas plantas se presenta la condición de una vida corta. Las raíces fasciculadas son encontradas principalmente en las monocotiledóneas y están formadas por una gran cantidad de raíces de pequeño diámetro y por eso también reciben la denominación de cabellera. Por no ser formadas a partir de la región de la radícula y sí de la porción caulinar, esas raíces son consideradas adventicias.
Las raíces se pueden clasificar en otros tipos más especializados, teniendo en cuenta sus adaptaciones. Vea a continuación algunos de estos tipos:
- Raíces de soporte: son raíces aéreas adventicias muy importantes para el soporte de plantas en suelos que no son firmes y plantas que presentan tamaño muy elevado, aunque no poseen base de apoyo eficiente. Vale destacar que ellas también actúan absorbiendo agua y sales minerales. Como ejemplo, podemos citar las raíces del maíz.
- Raíces tubulares: es un tipo de raíz soporte que recibe ese nombre en razón de su apariencia. Ellas actúan aumentando la sustentación de la planta, además de ayudar en la aireación. Tipo encontrado principalmente en árboles de gran tamaño, como el Gyranthera caribensis, endémico de la Cordillera de la Costa en Venezuela.
- Raíces respiratorias, aireación o neumatóforos: estas raíces son muy comunes en las plantas que viven en los manglares, principalmente por realizar intercambio de gases con el medio ambiente. Tiene geotropismo negativo y por ello pueden ser vistas saliendo del suelo. En ellas son encontradas estructuras denominadas de pneumatodos, que permiten la obtención de oxígeno. Un ejemplo, son algunas especies de Avicennia, un género de árboles de mangle.
- Raíces aéreas: estas raíces se encuentran en plantas epífitas como orquídeas. Las raíces de esta planta son una epidermis multiestratificada llamada velamen, que ayuda en la reducción de la pérdida excesiva de agua y protección mecánica. Además, el velamen actúa absorbiendo agua cuando el aire está húmedo.
- Raíces haustoriales: esas raíces son encontradas en especies de plantas parásitas y hemiparásitas. Ellas actúan retirando su alimento de las plantas en que se establecen, penetrando proyecciones denominadas de haustorios en el interior de los vasos conductores. Cuando la planta es parasita los haustorios retirarán el agua y nutrientes absorbiendo la sabia elaborada. Cuando las plantas son hemiparasitas, ellas no dependerán de los nutrientes, pues son capaces de realizar el proceso de fotosíntesis. En este último caso, ellas solo retiran de la planta huésped agua y sales minerales.
- Raíces estranguladoras: esas raíces también son parásitas, pero diferentemente de las anteriores, no hay penetración para la retirada de savia, ocurriendo apenas el estrangulamiento de la especie huésped. La planta muere, pues es incapaz de crecer debido a las raíces estrangulantes que envuelven su tronco. Un ejemplo de planta que pose ese tipo de raíz es el baniano o higuera de Bengala, un árbol perteneciente al género Ficus.
- Raíces tuberosas: raíces caracterizadas por el engrosamiento debido a la gran acumulación de sustancias de reserva, principalmente carbohidratos como los granos de almidón. La reserva ocurre normalmente en el tejido parenquimático. Entre las especies que poseen ese tipo de raíz podemos citar la zanahoria y la yuca.