Tercer planeta a partir del Sol, la Tierra está localizada entre Venus y Marte. Su diámetro es de 12.756 kilómetros (quinto mayor planeta del sistema solar) y la distancia para el Sol es de 150 millones de kilómetros, siendo la temperatura media de 15 grados Celsius. La atmósfera es compuesta por nitrógeno (78%), (78%), oxígeno (21%), y dióxido de carbono y otros gases, que representan el 1%.
La Tierra es el único planeta conocido que alberga vida. Entre los factores que contribuyen a este hecho son el diámetro y el campo magnético, ya que, según los expertos, si ella fuese menor no retendría la atmósfera gaseosa que ameniza la acción de los rayos solares y proporciona una temperatura adecuada, además de protegernos de la caída de los meteoritos. Asimismo, la masa de la Tierra y la distancia en relación al Sol son características que permiten la existencia de agua en estado líquido.
La porción de la Tierra donde es posible el desarrollo de vida es denominada de biosfera, considerada la interdependencia entre la atmósfera (gases que envuelven el planeta), hidrosfera (agua en el planeta, que puede estar en los estados líquido, sólido o gaseoso) y litosfera (estructura rocosa del planeta). Es importante resaltar que más del 70% de la superficie terrestre es cubierta por agua y, conforme a las diferencias físicas en el interior del planeta, este puede ser dividido en tres capas: núcleo, manto y corteza.
Núcleo – es el interior del planeta, con temperaturas que pueden alcanzar hasta los 5000 °C. Se divide en núcleo sólido y núcleo líquido, que comprende hierro y níquel.
Manto – que consiste en silicio, hierro y magnesio y se ubica entre el núcleo y la corteza. Muestra una temperatura de aproximadamente 1.500 °C.
Corteza – corresponde a la parte exterior del planeta. Está hecha de basalto (en los océanos) y granito (parte continental), además de oxígeno, hierro y aluminio. La corteza terrestre está fragmentada, formando un conjunto de placas tectónicas que se mueven sobre el manto.
En cuanto a la forma de la Tierra, es elipsoidal, con radio ecuatorial mayor que la polar (los polos son ‘achatados’). Este aspecto es el resultado del movimiento de rotación o desplazamiento en torno a su propio eje. Dicho movimiento es responsable de la alternancia entre día y noche y se lleva a cabo en 23 horas y 56 minutos. Ya el movimiento de traslación (desplazamiento alrededor del Sol) tiene una duración de 365 días, es decir, un año.
Curiosidad
La Tierra tiene un solo satélite natural, la Luna, ubicado 380 mil kilómetros de distancia de nuestro planeta.