La reforma Protestante iniciada en el siglo XVI en Europa tenía como sus principales exponentes a Martin Lutero y Juan Calvino. Sin embargo, la reforma fue un proceso histórico y social mucho más profundo que una revisión teológica de las doctrinas cristianas.
Nombres no tan extendidas como Thomas Müntzer permiten entender otro aspecto de la reforma y sus conexiones con las transformaciones del mundo feudal que todavía existían al principio de la edad moderna. Thomas Müntzer nació en 1488 o 1489 y, durante sus estudios teológicos, se acercó a la doctrina luterana que estaba empezando a desarrollar. Sin embargo, Müntzer rápidamente se distanció de las posiciones del luterano, debido principalmente al hecho de que Martin Lutero se acercó a la nobleza alemana. La crítica de Müntzer al catolicismo era no sólo debido a una interpretación del Evangelio, sino también debido a la riqueza de la iglesia católica. Thomas Müntzer señaló que la esencia del cristianismo sería humildad, igualdad, solidaridad y división de los bienes.
Tenía la intención de construir el Reino de Dios en la Tierra, eliminando los no creyentes, un reclamo que formó parte de la larga tradición de milenarismo. Esta interpretación llevó a historiadores a asociar a Müntzer a posicionamientos considerados del inicio del cristianismo, desarrollados en la época del Imperio Romano y conocidos como cristianismo primitivo. La crítica Müntzer a la nobleza, la clase social más poderosa de su época, era también radical.
Según él, ‘la mayor infamia de la Tierra consiste en que nadie quiere tomar para sí la miseria del pobre; los grandes de ese mundo actúan como quieren. Es, la altura de la codicia, del sueño y del saqueo de nuestros príncipes y señores: se apoderan de toda criatura, sean peces en el agua, aves en el cielo o plantas en la tierra, todo debe ser suyo’.
Luego extendió el mandamiento de Dios entre los pobres al decir: ‘Dios dijo que no robéis. Sin embargo, no encontraron uso de este mandamiento para sí mismos’.
Las ideas de Müntzer se unieron a la religión y la política, en un período cuando el feudalismo quedaba debilitado en Europa occidental. Este enfoque llevaría una característica revolucionaria, principalmente después del contacto de Müntzer con los anabaptistas, creando las bases teóricas de las revoluciones de campesinos en Alemania, durante el siglo XVI. Para Müntzer, la sociedad igualitaria cristiana no sería construida apenas con palabras, sino principalmente con la fuerza de las armas. Defendía el fin de la propiedad privada y de las instituciones estatales, lo que sería proporcionado por la experiencia directa del Espíritu y de la voluntad de Dios, llegando al estado final perfecto de la humanidad.
Uniéndose a los anabaptistas y otros grupos de campesinos entraron en la guerra contra la nobleza, Müntzer se convirtió en una de las figuras principales en la lucha contra las clases dominantes en la Alemania del siglo XVI. Predicando en la región de Zuickau, tuvo que refugiarse en Bosque Negro en el sur de Alemania, en 1524, después de sufrir la persecución de la nobleza local. El enfoque de Müntzer con los campesinos en lucha condujo a Martin Lutero a a condenar la posición de su antiguo discípulo.
Lutero no estaba de acuerdo con las acciones de los campesinos, desde la defensa de la nobleza, principalmente debido a que algunos príncipes aceptaron a Lutero. Müntzer llegó a llamar a Lutero de ‘Doctor Mentiroso’. A pesar de su fuerza, el movimiento campesino no pudo superar las fuerzas represivas de la nobleza alemana. Unas 100 mil personas murieron durante el conflicto. Thomas Müntzer fue una de esas personas, siendo decapitado en Mühlhausen, en el año 1525.