La creación del Estado absolutista generalmente está ligada a las transformaciones que han marcado a Europa durante la última edad media y el comienzo de la edad moderna. En este sentido, varios historiadores señalan la crisis del poder nobiliario y los intereses de la burguesía comercial así como datos fundamentales que viabilizaron la ascensión de esa nueva experiencia política.
Sin embargo, no sólo son las cuestiones políticas y económicas sustentaron los poderes ejercidos por el rey. Varios pensadores han luchado para reflexionar sobre este nuevo tipo de gobierno. Entre otros temas, se preocuparon en estructurar cuáles medidas, comportamientos y valores serían mejor empleados en el mantenimiento del poder real. De hecho, pensar la estabilidad de un gobierno concentrado en las manos de un individuo exigió respuesta a una variedad de problemas.
De manera general, los teóricos del absolutismo surgen en un momento posterior a la formación de varias monarquías nacionales. Generalmente, o tejían sus perspectivas con base en experiencias y conflictos vividos en el interior de determinadas monarquías o legitimaban el poder real a través de un análisis comparativo entre las diferentes formas de gobierno ya experimentadas. Además, contaron con la ascensión de la prensa para que sus ideas tuvieran alcance entre el público.
Al mismo tiempo, teniendo en cuenta que la edad moderna estuvo fuertemente marcada por los valores religiosos, nos damos cuenta que algunos pensadores absolutistas buscaron justificaciones religiosas para el reconocimiento del poder real. El principio del derecho divino de los reyes defendió la idea de que ascensión de un monarca al poder, en realidad, refleja la voluntad divina sobre el destino de la nación. En cierta medida, el rey se convirtió en un representante de Dios.
Entre los principales pensadores del absolutismo, podemos dar protagonismo a la obra del italiano Nicolás Maquiavelo, autor de El príncipe; el pensador británico Thomas Hobbes, autor de Leviatán; el jurista francés Jean Bodin, creador de Los seis libros de la República; y Jacques-Bénigne Bossuet, teólogo francés, autor de Política según las Sagradas Escrituras.
