La “Teoría de la Triple Representatividad” también conocida como “Teoría de los tres poderes” fue un pensamiento consagrado por el filósofo francés Montesquieu. Basándose en la labor política del filósofo Aristóteles, y el trabajo “Segundo Tratado del Gobierno Civil”, publicado por John Locke, Montesquieu escribió el libro “El espíritu de las leyes”, describiendo los fundamentos de la organización política liberal.
El filósofo de la Ilustración fue el responsable de explicar, sistematizar y ampliar el reparto de competencias que se habían establecido con anterioridad por Locke. Montesquieu también cree que, para apartar a gobiernos absolutos podían eliminar y prevenir la producción de normas tiránicas y sería fundamental para establecer la independencia y los límites del poder.Se creaba así el sistema de frenos y contrapesos, el cual se basa en contención del poder por el poder, es decir, cada poder debe ser autónomo y ejercer una determinada labor, aunque el ejercicio de esta función debía ser controlado por otros poderes. Podemos decir que los poderes son independientes aunque también armónicos entre sí.
Esta división clásica se ha consolidado en el artículo 16 de la “Declaración francesa de los derechos del hombre y del ciudadano” de 1789. Montesquieu distingue tres poderes:
- Poder Ejecutivo. Las funciones típicas: la gestión de los asuntos públicos (república). Síntomas atípicos: legislar y juzgar.
- Poder Legislativo. Las funciones típicas: legislar y fiscalizar. Síntomas atípicos: la gestión (organización interna) y el juez.
- Poder Judicial. Las funciones típicas: juzgar, aplicar la ley a un caso que se haya planteado como consecuencia de un conflicto de intereses. Síntomas atípicos: las de naturaleza administrativa y legislativa.