El asunto central de la filosofía platónica lo constituye su teoría de las formas o de las ideas. En el fondo, su idea del conocimiento, su teoría ética, su psicología, su concepto del Estado y su concepción del arte deben ser entendidos a partir de dicha perspectiva.
Teoría del conocimiento
La teoría de las ideas de Platón y su teoría del conocimiento están tan interconectadas que deben ser tratadas de manera agrupada. Influido por Sócrates, Platón estaba persuadido de que el conocimiento se puede alcanzar. Igualmente estaba persuadido de dos características fundamentales del conocimiento. Primera, el conocimiento debe ser acertado e infalible. Segunda, el conocimiento debe tener como objeto lo que es en verdad real, en contraste con lo que lo es sólo en apariencia. Ya que para Platón lo que es real tiene que ser fijo, estable e inmutable, identificó lo real con la esfera ideal de la existencia en disconformidad al mundo físico del devenir. Una consecuencia de este enfoque fue su rechazo del empirismo, la aseveración de que todo conocimiento se deriva de la experiencia. Pensaba que las proposiciones derivadas de la experiencia tienen, a lo sumo, un grado de probabilidad. No son ciertas. Más aun, los objetos de la experiencia son fenómenos alterables del mundo físico, por lo tanto los objetos de la experiencia no son objetos propios del conocimiento.
La teoría del conocimiento de Platón quedó expuesta especialmente en La República, en específico en su discusión sobre la imagen de la línea divisible y el mito de la caverna. En la primera, Platón distingue entre dos niveles de conocer: opinión y conocimiento. Las manifestaciones o afirmaciones sobre el mundo físico o visible, incluyendo las observaciones y proposiciones de la ciencia, son sólo opinión. Algunas de estas valoraciones están bien fundamentadas y otras no, sin embargo ninguna de ellas debe ser entendida como conocimiento verdadero. El punto más alto del conocer es el conocimiento, porque concierne a la razón en vez de a la experiencia. La razón, empleada de la forma debida, conduce a ideas que son ciertas y los objetos de esas ideas racionales son los universales verdaderos, las formas eternas o sustancias que constituyen el mundo real.
El mito de la caverna, una de las más importantes alegorías, describe a personas encadenadas en la parte más oscura de una caverna. Atados de cara a la pared, su visión está limitada y por lo tanto no pueden discernir nada ni a nadie. Lo único que se ve es la pared de la caverna sobre la que se muestran modelos o estatuas de animales y objetos que pasan delante de una gran hoguera resplandeciente proyectándose en forma de sombras. En una ocasión, uno de los individuos huye y sale a la luz del día. Con la ayuda del Sol, esta persona ve por primera vez el mundo real y regresa a la caverna diciendo que las únicas cosas que han visto hasta ese momento son sombras y apariencias y que el mundo real les espera en el exterior si tienen la voluntad de liberarse de sus ataduras. El mundo de sombras de la caverna simboliza para Platón el mundo físico de las apariencias. La escapada al mundo soleado que se encuentra en el exterior de la caverna simboliza la transformación hacia el mundo real, el universo de la existencia plena y perfecta, que es el objeto propio del conocimiento.
Naturaleza de las ideas
La teoría de las ideas se puede comprender mejor en términos de entidades matemáticas. Un círculo, por ejemplo, se entiende como una figura plana compuesta por una serie de puntos, todos equidistantes de un mismo lugar. Sin embargo, nadie ha visto en realidad esa figura.
Lo que la gente ha visto son figuras trazadas que resultan aproximaciones más o menos acertadas del círculo ideal. Lo cierto es que, en el momento en que los matemáticos explican un círculo, los puntos mencionados no son espaciales, sino lógicos. No ocupan espacio. Sin embargo, aunque la forma de un círculo no se ha visto jamás —y no se podrá ver jamás— los matemáticos y otros sí saben lo que es. Para Platón, por lo tanto, la forma de círculo existe, sin embargo no en el mundo físico del espacio y del tiempo. Existe como un objeto inmutable en el ámbito de las ideas, que sólo puede ser conocido mediante la razón. Las ideas tienen mayor entidad que los objetos en el mundo físico tanto por su perfección y estabilidad como por el hecho de ser modelos, semejanzas que dan a los objetos físicos comunes lo que tienen de realidad. Las formas circular, cuadrada y triangular son magníficos ejemplos de lo que Platón entiende por idea. Un objeto que existe en el mundo físico puede ser llamado círculo, cuadrado o triángulo porque se parece (“interviene de” en palabras de Platón) a la idea de círculo, cuadrado o triángulo.
Platón hizo profunda su teoría más allá del campo de las matemáticas. En realidad, estaba más preocupado en su aplicación en la esfera de la ética social. La teoría era su forma de esclarecer cómo el mismo término universal puede referirse a muchas cosas o sucesos individuales. La palabra justicia, por ejemplo, puede adaptarse a centenares de acciones específicas porque esos actos tienen algo en común, se parecen a, intervienen de, la idea de justicia. Una persona es humana porque se parece a, o interviene de, la idea de humanidad. Si humanidad se explica en términos de ser un animal racional, así pues una persona es humana porque es racional. Un acto específico puede considerarse valeroso o cobarde porque interviene de esa idea. Un objeto es hermoso porque interviene de la idea, o forma, de belleza. Por lo tanto, cada cosa en el mundo del espacio y el tiempo es lo que es en virtud de su semejante con su idea universal. La habilidad para definir el término universal es la prueba de que se ha ganado dominar la idea a la que ese universal alude.
Platón concibió las ideas de manera jerárquica: la idea suprema es la de Dios que, como el Sol en el mito de la caverna, ilumina todas las demás ideas. La idea de Dios representa el paso de Platón en la dirección de un principio último de razón. En el fondo, la teoría de las ideas está destinada a esclarecer la vía por el que uno alcanza el conocimiento ye igualmente cómo las cosas han llegando a ser lo que son. En lenguaje filosófico, la teoría de las ideas de Platón es tanto una proposición epistemológica (teoría del conocimiento) como una proposición ontológica (teoría del ser).