La consolidación del teatro en la antigua Grecia fue el inicio los acontecimientos en honor del dios del vino, Dioniso o Baco como era conocido más tarde en Roma. Cada nueva cosecha de uvas se celebraba con una fiesta en agradecimiento a Dios a través de las procesiones. Con el tiempo, estas procesiones, que eran conocidas como “Ditirambo” (alabanza) se estaban volviendo cada vez más elaboradas, y allí estaban los “directores de Coro” quienes eran los organizadores de las procesiones.
Los participantes cantaban, bailaban y se contaban varias escenas de las aventuras de Dioniso. Las procesiones urbanas, reunían alrededor de 20.000 personas, mientras que las procesiones en las zonas rurales (procesiones campo), contaban con público menor.
El primer director de coro fue Tespis o Thespis (en griego antiguo Θέσπις) quien fue invitado por el tirano Pisístrato para dirigir la procesión desde Atenas. Tespis fue quien desarrolló el uso de máscaras para representar porque, como consecuencia del gran número de participantes, era imposible escuchar a todos los participantes pero podrían visualizar el sentimiento de la escena a través de las máscaras y empatizar con la escena.
El “Coro” fue compuesto por los narradores de la historia, que a través de la actuación, canto y baile, informaban sobre las historias del personaje. Fue el intermediario entre el actor y el público, y trajo los pensamientos y sentimientos en primer plano así como la conclusión o mensaje/moraleja de la obra. También podía haber “Corifeo”, que fue un representante del coro que se comunicaba con el público en el evento.
En una de estas procesiones, Tespis decidió innovar subiendo a una “plataforma” llamada Thymele (altar), para responder al coro. Inmediatamente Tespis interpretó a Dioniso, pretendiendo que el espíritu de Dioniso entró en su cuerpo, y se convirtió en la primera encarnación del coro. Como resultado, surgieron varios diálogos y Tespis se convirtió en el primer dramaturgo griego.