Cuando las diferencias de los pueblos musulmanes se destacan en las noticias, muchas personas se confunden acerca de las tendencias políticas y conceptos religiosos que rigen a las diversas facciones políticas islámicas. Por lo general, mucho se dice sobre la contienda entre chiitas y sunitas, pero pocos consiguen realizar esas distinciones. Con este fin, debemos recurrir a la historia para comprender el proceso de formación de la religión musulmana y la expansión del mundo árabe.
Alrededor del siglo VII, poco después de la difusión del Islam en la península arábiga, los convertidos a esta nueva religión organizaron ataques militares que debían llevar a cabo la conversión religiosa de otros pueblos extranjeros. También conocido como yihad, esta acción tomada por los árabes islámicos permitió la conquista de un vasto territorio que, con el tiempo, abarcó las regiones de Asia, África del norte y la Península Ibérica.
Desde entonces, el poder sobre las ricas tierras conquistadas con el proceso de avance de la creencia musulmana estableció una contienda política sobre quién debería de hecho seguir controlando las regiones subordinadas al comando árabe-islámico. Sin duda, el crecimiento de la comunidad islámica contribuyó fuertemente a que aparecieran nuevos grupos políticos. Fue a través de dicha afirmación que los sunitas y los chiitas comenzaron a ganar terreno como los dos principales partidos políticos en el mundo árabe.
A partir de una noción de prejuicios religiosos, los sunitas adoptan la Sunna – obra sobre la trayectoria del profeta Mahoma – como una referencia en la resolución de las cuestiones no clarificadas por el Corán. Siguiendo el libro sagrado, los sunitas solamente reconocen la ascensión de los líderes religiosos que fuesen directamente escogidos por la población islámica. En total, los sunitas representan cerca del 80% de la comunidad islámica en todo el mundo.
Tomando otras justificaciones, el grupo chiita prefiere x una interpretación más rígida del Corán no reconociendo los consejos y ejemplos de cualquier otro libro. De acuerdo a este grupo, el mundo islámico debe ser políticamente controlado por miembros directos de la familia del profeta Mahoma. La justificación presentada por tal opción se basa en la creencia de que sólo los descendientes de Mahoma tendrían la sabiduría necesaria para conducir a los fieles.
A pesar de las diferencias políticas, los árabes musulmanes lograron propagar sus creencias a diversas civilizaciones en todo el mundo. Según indican algunas investigaciones, el Islam es una de las religiones de crecimiento más rápido en todo el mundo. En la actualidad, el grupo político chiita se asocia comúnmente a los pequeños grupos terroristas que manchan la reputación del mundo árabe. Sin embargo, esas alas radicales no reflejan las posiciones políticas y religiosas de gran parte de la comunidad musulmana.
