La mezcla de dos o más sustancias que presenta aspecto uniforme, es decir, mezcla homogénea, es llamada de solución, y ella se puede clasificar en sólida, líquida o gaseosa.
Solución sólida: las sustancias componentes de este tipo de solución pueden encontrarse en estado sólido (a temperatura ambiente). Esta solución también recibe el nombre de aleaciones. Ejemplo: la aleación de bronce (Cu + Sn) se utiliza en la fabricación de campanas.
Solución líquida: por lo menos uno de los componentes de esta solución debe cumplir el estado líquido. Ejemplo: el agua es una solución de hidrógeno (H) y gas oxígeno (O2).
Solución gaseosa: es una mezcla de gases, es decir, todos los componentes de esta mezcla están en estado gaseoso. Existen soluciones de gas y líquido, solamente por líquidos o por sólidos y líquidos.
Soluciones formadas por gas líquido – la solubilidad dependerá de factores tales como:
- 1. La presión sobre el gas.
2. La temperatura del líquido.
La Ley de Henry establece el efecto 1: la solubilidad de un gas en un líquido es directamente proporcional a la presión del gas sobre el líquido.
La influencia de la presión puede observarse cuando abrimos una lata de refresco o agua mineral carbonatada, el dióxido de carbono, que fue introducido a una presión superior a la atmosférica, tiende a escapar hacia el medio exterior, formando burbujas.
Agua gasificada
El efecto 2: la influencia de la temperatura sobre la solución puede ser percibida cuando colocamos dentro de dos recipientes refrigerantes iguales que se encuentran en temperaturas diferentes. El refrigerante que posee temperatura mayor estará más gasificado, es decir, el gas no estará totalmente diluido.
Soluciones formadas por líquidos: tenemos ejemplos en la vida cotidiana de estas soluciones. El alcohol es una solución compuesta de alcohol etílico y agua, el peróxido de hidrógeno es una solución de agua y peróxido de hidrógeno (H2o2).
Soluciones formadas por sólidos y líquidos: en nuestra vida cotidiana también encontramos muchas soluciones de este tipo. En este caso el agua es el disolvente más comúnmente utilizado, siendo conocido como el solvente universal. Ejemplos: solución salina, que es una solución de sal de mesa (NaCl) y agua.