Después de asegurar el dominio sobre las tierras y las poblaciones de América, los españoles llevaron a cabo una serie de prácticas que rediseñarán la forma de las relaciones sociales del espacio colonizado. Algo más que un camino viable para lograr sus intereses, la presencia del hombre europeo entró en la formación de una nueva sociedad, a veces por medio de la fuerza y el dominio cultural.
Para entender cómo la sociedad colonial española funcionaba, hay que tener en cuenta los criterios que definen cada una de estas clases. En este punto, tomamos nota del nacimiento es un medio importante de distinción. Nacer y crecer en Europa o en el Nuevo Mundo, dio paso a una serie de privilegios, bien como establecía otro campo de restricciones que ordenaba la posición de los hombres en aquel lugar.
Al mismo tiempo, también debemos considerar la cuestión de la propiedad de la tierra y la explotación de la mano de obra. El derecho a la propiedad, por lo general siempre mediante un estricto control metropolitano, aseguraba una condición cómoda y la explotación económica del trabajo de los que carecían de dicha autonomía. En este sentido, se observa que el trabajo obligatorio y la esclavitud también guiaban de las características de esa sociedad.
Los chapetones eran los que ocupaban los puestos más privilegiados de la sociedad colonial hispánica. En general, representaban los intereses políticos y administrativos de la corona española en suelo americano. La oficina principal de política, el control sobre el flujo de personas y barcos, y el control de los impuestos y las políticas fiscales fueron hechas por dichos individuos. El prestigio y responsabilidades dirigidos a chapetones sólo eran posibles para aquellos que habían nacido en España.
Seguido por chapetones, tenemos el papel social de los hijos de la élite política y administrativa. Los criollos vivían una situación económica de ricos, podían practicar su oficio, detener la propiedad de la tierra y la explotación de mano de obra nativa y esclava. Sin embargo, la actividad política se limitó al no haber nacido en España. Los criollos no participaron en las instituciones administrativas grandes, y su acción sólo se ve en las cámaras locales, más conocidos como cabildos.
Los mestizos constituían el nivel medio de esta jerarquía. Fruto del compromiso entre los europeos e indígenas, los mestizos vivían al margen de la política colonial, sobreviviendo gracias a su ingenio en diversos espacios urbanos y rurales hispánicos. Podrían manejarse en servicios domésticos, la artesanía, el arte militar o ayudando en la oficina en busca de los trabajadores nativos. Sus condiciones de vida cambiaron de acuerdo con los huecos de los niveles sucesivos y los roles en esta sociedad.
En la base de la sociedad colonial española, también debemos señalar la presencia de algunas poblaciones de esclavos negros. Por lo general, este tipo de trabajo se aprobó en las regiones coloniales en las que el proceso de destrucción de nativos había generado una grave escasez de mano de obra explotada. En algunas partes de América Central, era más común reconocer este tipo de situaciones.
La mayoría de la población colonial estaba formada por los indios, que tenían su mano de obra al servicio sistemático de los españoles. En general, los indios que fueron sometidos a una condición miserable de la vida tenían la responsabilidad de garantizar el dominio de los colonizadores sobre ellos. En paralelo, fueron objetivo de acción catequizadora de los jesuitas que les inculcaban valores de la cultura occidental cristiana.
