Los cinco sentidos son importantes para que el ser humano tenga las condiciones necesarias de comprender el ambiente y las circunstancias en las cuales está introducido. La vista, el olfato, el gusto, el oído y el tacto hacen que podamos disfrutar mejor de la vida.
Gracias a los sentidos, podemos percibir que un alimento puede estar en mal estado, al comprobar que su olor no es bueno (olfato), y su gusto es diferente del original (paladar), así como su apariencia (visión), o al tocarlo con su textura, ablandamiento o endurecimiento (tacto), y sentimos que está caliente, podemos evitar el contacto con ella, previniendo accidentes. También en razón de ellos, una madre puede oír el llano de su bebe recién nacido (audición) y comprobar que todo está bien con el niño.
Los cinco sentidos ayudan así a que podamos evitar accidentes, tener noción de las situaciones en que nos encontramos y también promover nuestro bienestar. En el caso de personas que poseen algún tipo de deficiencia en cuanto a uno o más sentidos, las mismas tienden a desarrollar de manera ventajosa las restantes.
Algunos estudiosos consideran el equilibrio como siendo el sexto sentido, y afirman que una de las principales estructuras relacionadas a ellas es el aparato vestibular, localizado en nuestros oídos.