La neurona es la célula principal del sistema nervioso, responsable de la conducción, recepción y transmisión de los impulsos nerviosos.
Su estructura básica está formada por: cuerpo celular o soma, conteniendo el núcleo, citoplasma y citoesqueleto; las dendritas, finas extensiones ramificadas del cuerpo celular aumentando la superficie de propagación eléctrica; el axón, extensión de la neurona con tamaños variados, sirviendo de conductor del impulso eléctrico; y el telodendron, ramificación terminal del axón, comunicando con otras neuronas u otros tipos efectores (células musculares y glandulares).
El impulso sentido de propagación, captados por las dendritas, partiendo en dirección al soma, con extensión a través de las ondas despolarizantes a lo largo del axón, disipándose por el axón terminal.
Además de la membrana plasmática, el axón de las células nerviosas de los animales vertebrados tiene capa discontinua (intervalos llamados de nódulos de Ranvier) formado por pliegues de fibras aislantes, denominadas vainas de mielina, cuya función es aumentar la función de propagación del impulso.
Cuando está en reposo, el axón puede encontrarse en el estado polarizado, es decir, internamente dispuesto de cargas negativas y externamente conteniendo cargas positivas (potencial de reposo / -80 mW). A medida que el impulso es transmitido, recorriendo el axón, las cargas se van invirtiendo progresivamente por el mecanismo de difusión activa (bomba de sodio y potasio) estableciendo, por la despolarización, una diferencia de potencial eléctrico a través de la membrana (potencial de acción).
De esa forma, para desencadenar un estímulo es necesario un potencial de acción suficiente para ultrapasar la orden del potencial de reposo hasta la situación aproximadamente de + 40 mW.
Este proceso tiene una duración de apenas 1.5 milésimas de segundos, que ocurren después de pasar del impulso el proceso inverso (repolarización) restableciendo el estado de reposo.
Es a través de este mecanismo que el sistema nervioso (central y periférico) coordina todas las reacciones y actividades, ya sea a través de vía simpática o parasimpática, motoras de los órganos por mediación de neurotransmisores, y así expresamos capacidades y actividades vitales de nuestro organismo: locomotora, respiratoria, circulatoria, inmunitaria y excretora.
