La piel y sus anexos (uñas, pelo y glándulas) son parte del sistema tegumentario. Se compone de tres capas: la epidermis, la dermis y el tejido subcutáneo.
La dermatología es la especialidad médica que estudia y trata los problemas del sistema tegumentario (piel).
Las capas de la piel
La epidermis es la parte exterior y la que está en contacto con el medio exterior. Por este motivo, esta capa de piel posee la importante función de proteger el cuerpo contra el daño causado por agentes externos.
Se compone de tejido epitelial (desprovisto de vascularización) y tiene cinco capas: basal, espinosa, granulosa, lúcida y capa córnea.
Su formación se produce a través de las células epidérmicas (queratinocitos, melanocitos, células de Langerhans y células de Merkel).
Sin embargo, a excepción de la capa basal (de una sola capa que hace contacto con la dermis), la epidermis está compuesta casi en su totalidad porqueratinocitos.
La dermis está compuesta de tejido conectivo que, a diferencia de tejido epitelial, es altamente vascularizado.
En él se encuentran las fibras de colágeno y células reticulares, además de las células formadoras de su composición (fibroblastos, linfocitos, mastocitos…).
Asimismo, en la dermis se encuentran algunas glándulas (sudoríparas, sebáceas), terminaciones nerviosas y los folículos pilosos.
Por último viene el tejido subcutáneo, también conocido como hipodermis. Este se compone de células de grasa. Ella se encarga de reservar los nutrientes y la protección de los vasos y nervios ubicados en los niveles más profundos.
Es importante saber que cuando piensan en la epidermis, la dermis y la hipodermis, hay que tener en cuenta que uno depende del otro para el equilibrio de este importante órgano que es la piel humana y también para el perfecto funcionamiento de nuestro organismo (homeostasis).