Las células de todos los seres vivos necesitan de alimento y también de oxígeno. En el caso del ser humano, su cuerpo tiene órganos especiales que tienen la función de digerir los alimentos con el fin de absorber el oxígeno del aire (digestión y respiración), sin embargo, es necesario que este alimento sea llevado a todas las células. Por eso, existe el sistema circulatorio, que lleva alimento y oxígeno a todas las partes del cuerpo.
Entendiendo el sistema circulatorio
La sangre es vital para la vida de las células, porque, además de tomar alimentos y oxígeno para ellos, también les elimina los restos de las sustancias que ya no son útiles. Su viaje a través del cuerpo se produce a través de las venas y arterias, que se subdividen hasta formar vasos sanguíneos extremadamente finos, alcanzando, de esta manera, todas las células.
El papel de la sangre es extremadamente importante, porque elimina los nutrientes de los órganos de la digestión y el oxígeno del pulmón para conducir estas sustancias a las células. Para su tarea, es impulsado por el corazón y así hace su viaje a través de las arterias (venas que salen del corazón), en su forma buena y limpia.
Durante su trayectoria a través del cuerpo, la sangre se filtra por los riñones, dejando en este órgano los restos de las células. Al regresar, él transporta dióxido de carbono que absorbió de las células una vez que, en su lugar, dejó oxígeno.
Tras este proceso, la sangre regresa al corazón, a través de las venas, que lo transportan en su forma más mala y sin oxígeno. Para mejorar la calidad de la sangre, el corazón envía sangre a los pulmones para que, de esta forma, el dióxido de carbono sea intercambio por oxígeno, y, en seguida, lo impulsa de nuevo de regreso al cuerpo.
Componentes
El sistema formado por arterias y venas que transportan la sangre a los pulmones y, posteriormente, al corazón, es llamado de pequeña circulación. Ya en el caso de la sangre que parte del corazón por las arterias, siguiendo en dirección al resto del cuerpo y regresando por las venas, recibe el nombre de gran circulación.
