La patrona (en original, The Landlady) es el título de un cuento escrito por Roald Dahl en 1959.
Sinopsis
La historia se centra en un joven e ingenuo de dieciesiete años, Billy Weaver, quien recientemente se había introducido en el mundo laboral. Cuando la historia comienza, Billy acaba de llegar a Bath al caer de la noche. El propósito de su viaje es un encuentro con un gerente de una filial de la empresa londrina no especificada para la cual trabaja.
Dada la hora en la que se encuentra, Billy Weaver busca un lugar donde poder pasar la noche y le recomiendan una posada local, ‘The Bell and Dragon’. Mientras camina hacia la posada, Billy encuentra un ‘bed-and-breakfast’ que le parece mucho más acogedor y donde, debido a una súbita e intensa curiosidad, decide entrar. Billy hace sonar la campana de recepción y una mujer de mediana edad le abre la puerta inmediatamente, como si estuviese estado a su espera. Ella le ofrece un trato amigable y generoso, dándole un andar entero para ocupar y cobrando mucho menos de lo que sería de esperar. Billy nota que la señora es ligeramente excéntrica cuando ella le revela que es selectiva y que, por eso, incluso con sus precios bajos, no le es frecuente recibir huéspedes.
Cuando llega a su habitación, Billy constata que la cama estaba hecha de modo que un huésped pudiese tumbarse, y que había una botella de agua caliente bajo las sábanas. La patrona le pide que baje hasta la sala de estar para firmar el libro de visitas como estipula la ley. Billy baja y comprueba que solamente otros dos huéspedes habían estado en el lugar, Christopher Mulholland y Gregory W. Temple. Las fechas de sus firmas mostraban que habían llegado hace más de dos años. Billy piensa que los nombres le resultan familiares, pero sin recordar el motivo.
La mujer interrumpe el análisis de Billy con té y bizcochos de jengibre, pero Billy le pregunta acerca de esos huéspedes cuestionando si eran famosos. Ella le responde que no y hace una observación a uno de ellos, refiriéndose a él en pasado, lo que lleva a preguntarse si ellos habían dejado el lugar hace poco tiempo. Ella replica que están acomodados en la planta de encima de Billy. Él, entonces piensa sobre el papagayo y el perro que antes había visto en la sala y que estaban embalsamados. La mujer le cuenta que fue ella misma quien los embalsamó, y que embalsamaba todo tipo de animales de mascotas después de morir. A continuación le ofrece más té pero Billy lo rechaza, por no gustarla demasiado su sabor a almendras amargas (una característica del cianuro). Mientras la señora contempla a quien podría ser su próximo proyecto, Billy le pregunta sobre si había tenido huéspedes en los últimos años y la dueña contesta: ‘No querido. Sólo tú’.