Siendo una de las últimas naciones a la independencia en las Américas, Cuba proclamó la creación de un estado independiente bajo el mando del intelectual José Martí y la asistencia directa de las tropas de EE.UU.. La inserción de los estadounidenses en el proceso marcó la creación de un vínculo político que tenía la intención de garantizar los intereses de EE.UU. en el centro de la isla estadounidense. Una prueba de esta intervención fue la creación de la Enmienda Platt, que garantiza el derecho de intervención de EE.UU. en el país.
Por lo tanto, Cuba se transforma gradualmente en el famoso “patio trasero” de las grandes empresas de EE.UU.. Esta situación contribuyó a la instalación de un estado débil y servil. De hecho, a lo largo de su historia después de la independencia, Cuba sufrió varias ocupaciones militares procedentes de EE.UU., hasta la década de 1950, cuando el general Fulgencio Batista llevó a cabo una dictadura respaldada explícitamente.
En ese momento, la población sufre de graves problemas sociales en contraste con el lujo y la riqueza existente en los clubes nocturnos y casinos para una minoría privilegiada. Al mismo tiempo, el gobierno de Fulgencio se hizo cada vez más conocido por su descuido de las necesidades básicas de la población y la brutalidad con la que reprimió a sus enemigos políticos. Fue en este escenario de tensión que un grupo guerrillero fue formado con el propósito de tomar el gobierno por la fuerza de las armas.
Bajo el liderazgo de Fidel Castro, Camilo Cienfuegos y Ernesto “Che” Guevara, un pequeño grupo de unos 80 hombres repartidos, se distribuyeron en varios brotes de la lucha contra las fuerzas del gobierno invasor. Entre 1956 y 1959, el grupo se las arregló para ganar y conquistar varias ciudades de Cuba. En los últimos años de lucha, finalmente se logró evitar que el gobierno de Fulgencio Batista estableciera un nuevo régimen basado en la mejora de las condiciones de vida de los más desfavorecidos.
Entre otras propuestas, el nuevo gobierno defendió la realización de una reforma agraria integral y el control del gobierno en las industrias del país. Obviamente, estas propuestas iban en contra de los intereses de EE.UU., en respuesta a los proyectos de Cuba con la suspensión de las importaciones de azúcar cubano. Por lo tanto, el gobierno de Fidel sólo pretendía acercarse al bloque soviético, que podrían dar soporte a la nueva potencia instalada.
El enfoque del bloque socialista había dado lugar a nuevas represalias de EE.UU. que, bajo la presidencia de John Kennedy, rompió relaciones diplomáticas con el país. Las medidas adoptadas a principios de 1961 fueron seguidas por un intento de contragolpe, donde un grupo reaccionario entrenados por los EE.UU. trató de instalar – sin éxito – una guerra civil que marcó la llamada Bahía de los Cochinos. Tras el incidente, el gobierno de Castro reafirmó los lazos con la URSS para establecer Cuba como nación socialista.
Para que la nueva configuración política cubana no sirviera de ejemplo para otras naciones de América Latina, los EE.UU. crearon un paquete de ayuda económica conocido como la “Alianza para el Progreso”. En 1962, la Unión Soviética trató de convertir la isla en un punto estratégico para la instalación de misiles supuestamente para un ataque en el territorio de los EE.UU.. La llamada “crisis de los misiles” marcó otro punto de la Guerra Fría y, al mismo tiempo, condujo al aislamiento del bloque capitalista contra la isla socialista.
Con esto, el gobierno cubano terminó profundizando en su dependencia de los países socialistas y, durante mucho tiempo, apoyó su economía por medio de acuerdos y ayudas firmadas con la Unión Soviética. Durante este período, los proyectos exitosos en la educación y la salud habían establecido una importante mejora en la calidad de vida. Sin embargo, a partir de la década de 1990, la caída del bloque socialista pidió la revisión de la política económica del país.
En 2008, con la salida del gobierno del presidente Fidel Castro y la elección del presidente Barack Obama, muchos analistas políticos ven desde entonces un posible acercamiento entre Cuba y los Estados Unidos de América.