Nuestro hombre en La Habana (Reseña)
En una Habana previa al gobierno de Fidel Castro, Jim Wormold, un proveedor británico de divorciado, se da cuenta de que necesita más dinero para criar a su hija de 17 años de edad. Es reclutado por el servicio secreto británico y para ganar más pasa a inventar un universo paralelo de agentes secretos e intrigas de espionaje. Las mentiras que forja para los relatos, sin embargo, comienzan a volverse reales en esa sátira publicada en 1958.
Síntesis
El inglés Jim Wormold es un afable vendedor de aspiradores de polvo que vive hace años en la capital cubana. EL salario que él gana no da para sustentar los caprichos de su bella hija adolescente, Millie.
Es en este momento de ajuste financiero Wormold recibe la propuesta para convertirse en un agente secreto en la isla pre-revolucionaria del dictador Fulgencio Batista, protegido por el gobierno de los Estados Unidos. Sin experiencia en el negocio del espionaje, nuestro héroe al principio vacila. Pero después, seducido por la engrosada remuneración ofrecida por el señor Hawthorne – alto funcionario del MI6 – Wormold concuerda en colaborar con el servicio de inteligencia británico.
Teniendo que enviar periódicamente a informes de Londres sobre posibles actividades subversivas, Wormold comienza a inventar las historias más extravagantes. Los absurdos documentos falsificados por el vendedor – como la central de una supuesta instalación de armas secretas basada en diseños del aspirador de polvo – son considerados con suma seriedad por los agentes del MI6: Y el prestigio de ‘Nuestro hombre en La Habana’ solamente crece, así como las peripecias en que el personaje se introduce.
En esta novela publicada en 1958, meses antes de que Fidel Castro liderase la revolución cubana (en enero de 1959), Graham Greene escribe una de las sátiras más divertidas sobre la paranoia de la guerra fría.
Hoy, después de más de 40 años de su lanzamiento, la obra gana actualidad en el contexto de la política internacional, en que guerras son movidas a partir de testimonios aparentemente falsos.
Las indicaciones literarias deben ser consideradas auxiliares y complementarias para facilitar la comprensión del autor y su trabajo. Para un mayor entendimiento se recomienda una lectura completa de la obra. Vea más resúmenes, críticas y análisis en el listado de resúmenes.