El filo de la navaja (Reseña)

Larry Darnell, un joven americano de la alta burguesía que encontró la muerte en los campos de batalla de la Primera Guerra Mundial en Europa, vuelve a su ciudad natal (Chicago) en estado de shock. Abandona todo, las comodidades materiales, para buscar el sentido de la vida. La acción transcurre entre los años 20 y 40 en lugares tan dispares como Chicago, Paris, Marsella, India y los ranchos de Texas.

Síntesis

El siglo XX produjo una enorme cantidad de historias acerca de ex combatientes de la guerra que, al regresar a su hogar, no se reconocen más en aquello que ven y necesitan de algún modo para reencontrar el hilo de la vida. Sin embargo, pocas obras literarias se han convertido en tan emblemáticas de esta situación como la novela El filo de la navaja de W. Somerset Maugham.

Después de ver a su mejor amigo morir en los campos de batalla de la primera guerra mundial, el joven estadounidense Larry Darrell regresa a Estados Unidos totalmente transformado. En poco tiempo, decide dejar la vida burguesa de Chicago y posponer su matrimonio con la bella Elizabeth. Como muchos jóvenes de su generación, Darrell va a pasar una temporada de aprendizaje existencial en París, donde deambula por cafés y empieza leyendo libros sobre India y Nepal.

Emocionado por los descubrimientos y la posibilidad de un mundo radicalmente nuevo, Darrell viaja a esos países en busca de iluminación espiritual, así como el autor mismo hizo en los años 30. Posteriormente, en París, Darrell encuentra a Elizabeth y varios amigos americanos que habían dejado a los Estados Unidos después de la crisis financiera de 1929.

El filo de la navaja, una expresión tomada por Maugham de uno de los Upanishads hindús (textos sagrados de la India), produjo varias versiones para el cine, entre ellas la de 1946, con Tyrone Power en el papel principal y en 1984, protagonizada por Bill Murray.