La acumulación de capital permitió que la burguesía británica tuviera suficientes condiciones para financiar fábricas, comprar materias primas, maquinaria y contratar empleados. La disponibilidad de mano de obra en abundancia (desde Leyes de cercamiento) favoreció a Inglaterra, pues había una masa de trabajadores buscando empleo en las ciudades inglesas. En consecuencia, esa mano de obra fue empleada en las fábricas.
La disponibilidad de mano de obra y la acumulación de capital, además de poseer minas de carbón de donde salía la energía necesaria para alimentar a las máquinas, hizo que este país fuera pionera en la industrialización y el punto de partida de la Revolución Industrial.
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