La presencia de flores y frutos, en las angiospermas, optimizó la fecundación de las plantas y dispersión de las semillas que, en otros grupos de plantas, ocurrían primordialmente por medio de la acción de los vientos. Tales factores, junto con un sistema eficaz de vasos conductores, permitirán que las angiospermas conquistasen diversos ambientes representando cerca del 70% de todas las plantas de nuestro planeta.
A pesar de esas nuevas estructuras haber propiciado un gran avance en lo que se dice al respecto a la reproducción sexuada de las angiospermas, la reproducción asexuada no dejó de ser importante para esos individuos. Además de, generalmente, dar origen a nuevos individuos de forma más rápida, tal modalidad produce individuos del mismo genotipo, conservando las características de la especie en las nuevas generaciones.
La forma más común de reproducción asexual en plantas se llama propagación vegetativa. En ella, estructuras como tallos y hojas de determinadas plantas forman raíces, dando origen a nuevos individuos. Pasto, patatas, fresas y violetas son algunos ejemplos de plantas que pueden dar origen a nuevos individuos por medio de ese tipo de reproducción asexual.
De este principio, podemos desarrollar algunas técnicas de propagación vegetativa que no se producen espontáneamente en la naturaleza. Ellas son:
- 1. Ramas caulinares conteniendo brotes laterales cortados (así como la yema apical) y plantados, dando origen a nuevas plantas. En este caso, estaquillado.
- 2. Parte de ramas son enterradas hasta que crían raíces, siendo después separadas de la planta de origen y replantadas.
- 3. Se hace un pequeño corte en una rama de la planta, que es protegido por tierra húmeda, envuelta en un recipiente, como saco o paño. Cuando las raíces se desarrollan, la rama es removida y plantada.
- 4. Un injerto es trasplantado en otro enraizado.
- 5. Desarrollo de una técnica in vitro diseñada por ingeniería genética, en la cual fragmentos de plantas de interés son esterilizados y cultivados en soluciones nutritivas.
