Máximo dirigente del gobierno de Cuba desde el proceso revolucionario de 1959, Fidel Castro representa el último vestigio del comunismo en las Américas. Muchos afirman que su gobierno no se puede introducir en ideologías políticas personalistas de la izquierda, sin embargo, por lo menos podemos decir que la trayectoria de un líder político y su gobierno fue una experiencia única en la historia política.
Reanudando su proceso de ascenso al poder, no podemos dejar de mencionar como las intenciones norteamericanas en territorio de Cuba hicieron que Fidel fuera considerado un líder para gobernar la hegemonía política. Desde el proceso de independencia de Cuba hasta el golpe de 1959, los Estados Unidos y Cuba tenían un quintal de su “hegemonía”. Además de beneficiarse de la sumisión política de los gobernantes locales, muchos estadounidenses tenían la isla como un lugar propicio para el turismo y la recreación.
Antecedentes del poder
No satisfecho con un país donde había una desigualdad social y la prosperidad de la economía agro-exportadora, Fidel Castro trabajó a lo largo de la década de 1950 en crear un grupo de revolucionarios interesados en tomar el poder por la fuerza de las armas. Durante los tres años de exílio en México, donde conoció a Ernesto “Che” Guevara y formó una nueva guerrilla, Castro regresó a la isla de Cuba dispuesto a ejecutar su plan.
Utilizando una táctica militar descentralizada, se formaron pequeños grupos y gradualmente asaltaron regiones y ciudades de Cuba hasta que, en 1959, el gobierno de Fugencio Batista se hundió ante las fuerzas revolucionarias. Sin una política claramente definida hacia la polarización ideológica de la época, el nuevo gobierno cubano no era todavía un proyecto bien definido políticamente. Sin embargo, tomó medidas de carácter popular, como la nacionalización de las empresas, la reforma agraria y la concesión de créditos a los pequeños productores y este período de indecisión política llegó a su fin.
Contrariamente a esta política, Estados Unidos buscó por todos los medios tratar revertir las reformas populares de Fidel. Con el callejón sin salida del gobierno cubano, los EE.UU. decidieron romper sus relaciones en 1961. Cuba, que dependía del mercado de los EE.UU., terminó aliada a la Unión Soviética socialista. La Unión Soviética empañó la hegemonía de EE.UU. en las Américas. Che Guevara, que no simpatizaba con la influencia soviética, se apartó del gobierno cubano. Desde entonces, Castro había construido un gobierno de partido único y destinado a la ampliación de sus poderes.
Medidas políticas en el poder
La caída del socialismo soviético, en la década de 1980, provocó un cambio serio en la situación cubana. Incluso tratando de remediar los problemas relacionados con el suministro, la salud y la educación, Fidel ahora tendría que volver a implementar una economía desacoplada de la ayuda soviética masiva. Con esto, el gobierno cubano se vio obligado a invertir en el sector del turismo y permitir la entrada de fondos de los cubanos residentes en el exterior. En los últimos años, los acuerdos bilaterales con el gobierno de Venezuela han traído una relativa superación de los problemas experimentados en el siglo XX.
Rodeado por la controversia, Fidel Castro hizo medidas contrarias a las ideologías de su régimen. Muchos sostienen que la persecución política y la pobreza son los puntos que hacen que su experiencia de un gobierno fracasado condujera a la fuga constante de cubanos a otros países, principalmente a Estados Unidos donde buscaban asilo político, especialmente en Miami. Sus partidarios, por otra parte, alabaron el posicionamiento autónomo, la erradicación del analfabetismo y la excelencia en la administración de la salud como los servicios de los grandes triunfos de Fidel.
Los problemas de salud sucesivos de Fidel Castro han ido desestabilizando poco a poco la estabilidad política del país. Desde julio de 2006, el gobierno se hizo cargo temporalmente por su hermano Raúl Castro. Según algunos expertos, la administración de George Bush tuvo entre sus manos un plan para poner fin a la dictadura comunista del país. Bajo la pretensión de buscar la prevalencia de las instituciones democráticas, los EE.UU. han presionado a otros países para exigir una reforma política en Cuba.
Sin dar un tono de melancolía a su salida o incitando a algún tipo de movilización popular, Castro dijo que – después de más de cuarenta años en el cargo –no tenía interés en perpetuarse en el poder e impedir la llegada de otro nuevo liderazgo político. Además, el ex presidente cubano dice que su función será la de presentar un “soldado de las ideas”. A pesar de que no se puede dar certeza sobre el futuro político de Cuba, vemos que el largo período de un gobierno centrado en la figura de Fidel Castro lleva un gran vacío en el panorama político que viene de Cuba.