Vuela alto vanagloria, y cae al suelo hecha escoria.
Dice que eso les ocurre de ordinario a los engreidos y jactanciosos. Asi aquel pillastre altivo y desdeñoso a quien un dia Aristoteles paro en la calle para decirle: Joven: plugiese a los dioses que yo fuera lo que tu simulas ser, y que mis enemigos no fuesen sino lo que tu realmente eres..