Marido tras el lar, dolor de ijar.
Para la esposa, naturalmente, por cuanto ello presupone que el esposo, por lo que sea, se halla a todas horas de brazos cruzados en la cocina, lo que de ordinario incomoda sobremanera a la mujer.
Marido tras el lar, dolor de ijar.
Para la esposa, naturalmente, por cuanto ello presupone que el esposo, por lo que sea, se halla a todas horas de brazos cruzados en la cocina, lo que de ordinario incomoda sobremanera a la mujer.