Holgar y medrar, no son a la par.
Porque la holgazaneria, aunque grata, menoscaba el trabajo y mengua el provecho. De ahi lo que dijo aquel doctor al que una vez le preguntaron por que no acudia, como los otros, a la tertulia de un afamado colega, tan holgazan como inteligente: Porque la holgazaneria se contagia, pero el talento no..