Ahorro ni galopa ni trota, (El)
Enseña que la virtud del ahorro no es propia de gente impaciente, puesto que los frutos, aunque gratificantes, son tardios y solo alcanzables, pues, para el que sabe esperar.
Ahorro ni galopa ni trota, (El)
Enseña que la virtud del ahorro no es propia de gente impaciente, puesto que los frutos, aunque gratificantes, son tardios y solo alcanzables, pues, para el que sabe esperar.