La energía hídrica o hidráulica es la energía obtenida a partir de la energía potencial de una masa de agua. La forma en que se manifiesta en la naturaleza es en los flujos de agua como ríos y lagos y se puede aprovechar a través de una pendiente o caída de agua. Se puede convertir en la forma de energía mecánica (eje de rotación) por medio de turbinas o molinos de agua. La turbina, a su vez, puede ser utilizada como unidad para un equipo industrial tal como un compresor, o un generador eléctrico con el fin de proporcionar energía eléctrica a una red de alimentación.
La energía hidroeléctrica es la electricidad generada por el movimiento del agua. La energía hidroeléctrica utiliza la energía cinética del agua para causar electricidad.
Al abrir las compuertas de la presa, el agua está atrapada por las aspas de la turbina haciendo que se gire. A partir del movimiento de rotación de la turbina el proceso se repite, es decir, el generador asociado a la turbina transforma la energía mecánica en electricidad.
Otro ejemplo del aprovechamiento de la energía hidráulica es que durante cientos de años el movimiento del agua se utilizaba en los molinos. El paso del agua producía movimiento haciendo que la rueda moliese el maíz y lo convirtiera en harina. Actualmente la corriente de agua es utilizada para producir energía eléctrica.
Durante el siglo XX, la producción de energía hidroeléctrica se llevó a cabo principalmente por la construcción de presas de grande o media capacidad. El principio de funcionamiento de estas centrales es muy simple. Consiste en convertir la energía mecánica que existe en una corriente, como un río, en energía eléctrica, que puede ser transportado a largas distancias y, finalmente, utilizado en nuestros hogares. Para aumentar el potencial de la corriente, fabrican presas, cuyo propósito es retener el agua tanto como sea posible y crear un desnivel pronunciado.
Recientemente, la energía del agua comenzó a ser recogida por pequeñas hídricas. Estos son pequeños estanques o presas, que desvían una parte del caudal del río devolviéndolo en un terreno difícil (donde se instalan las turbinas), y por lo tanto la producción de electricidad.
No hay que olvidar que la producción de energía renovable depende directamente de la lluvia. Cuando la precipitación es más abundante, la contribución de estas plantas alcanza el 40%. Por el contrario, en los años más secos, sólo el 20% del consumo total de energía viene del agua.
